Un isla desierta llena de títeres

Los tripulantes del Argos, Pere Bigas, Iona Balcells y Raúl García estaban en Nápoles (Italia) cuando se cerraron los puertos. De camino a casa, y ya sin posibilidades, decidieron vivir su confinamiento en una isla deshabitada del archipiélago de La Madalena (Cerdeña) con su velero. Durante este tiempo han trabajado en el proyecto que consta de 19 videos, disponibles en castellano y en catalán.

«Un amigo maestro nos pidió ayuda para preparar un final de curso a distancia para sus alumnos y pensamos que podría ser una buena oportunidad para ofrecer recursos pedagógicos y docentes a través de los títeres», explica Pere Bigas, filósofo y titiritero.

El proyecto tiene 10 capítulos y cada uno de los cuales consta de dos videos. En la primera parte, Piratería de andar por casa , los niños se adentran en la historia de tres marionetas: el pirata Trujillo, la sirena Thalasa y el señor Coco, que les piden ayuda para enfrentar las diferentes adversidades que encontrarán en la isla pirata. En el segundo video de cada capítulo, los pequeños irán aprendiendo el Manual Pirata de la mano de la Capitana Tramontana para convertirse, a través de actividades y manualidades, en parte de la tripulación. A modo de ejemplo, las actividades del Manual Pirata incluyen desde construir un sencillo proyector de sombras a aprender la coreografía de la canción pirata pasando por escribir con tinta invisible o improvisar una tienda de campaña. Todas las actividades se pueden hacer de forma autónoma o con la ayuda puntual de un adulto y han contado con el asesoramiento pedagógico de maestros de ciclo Infantil y Primaria de la escuela pública.

El guion de toda la serie está construido para simular interactividad: en cada capítulo se hace referencia a los vídeos o fotos de la última actividad enviados por los niños y niñas, y los títeres a menudo les interpelan directamente.

«Se intenta, de este modo, que los niños sientan que tienen un papel importante en el desarrollo de la historia pirata. No son solo espectadores, sino también protagonistas», afirma Raúl García, también titiritero y realizador audiovisual. Para Iona Balcells, actriz y parte de la compañía, «el hecho de utilizar los títeres y el teatro, en alianza con el audiovisual e internet, permite ofrecer actividades y ocio a grupos a distancia y, a la vez, educar y transmitir valores. Los 10 capítulos de la serie se han guionizado de forma que puedan dar pie a que los niñas y niñas trabajen la educación emocional, la perspectiva de género, el respeto a la diversidad, la educación ambiental y la sostenibilidad».