Diario de León

CULTURA ■ EXPOSICIÓN

«La física está en todas partes»

Una selección del sorprendente Museo de Física que los Padres Agustinos mantienen en su colegio de León viaja hasta el Liceo Egipcio para mostrar cómo los inventos del siglo XIX cambiaron la vida de la gente: la muestra incluye un fonógrafo firmado por Edison, teléfonos de Graham Bell y un gran telescopio..

Uno de los inventos de la exposición que ayer inauguró el Museo Liceo Egipcio, y que podrá verse hasta el 20 de abril. FERNANDO OTERO

Uno de los inventos de la exposición que ayer inauguró el Museo Liceo Egipcio, y que podrá verse hasta el 20 de abril. FERNANDO OTERO

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e. gancedo | león

No son sólo ‘aparatos raros’. Los organizadores de la exposición Los enigmas del universo. Un paseo por la física del siglo XIX han querido que el visitante —y está pensada muy especialmente para el público joven— comprenda que muchos de los inventos que la integran son los antecedentes directos de objetos sin los cuales no entenderíamos, hoy, nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, un fonógrafo con la firma de su inventor, el prolífico Thomas Alva Edison, que es el ‘abuelo’ de aquellos tocadiscos más tarde desplazados por los modernos sistemas digitales para escuchar música; antiguos teléfonos diseñados por Alexander Graham Bell —muy poco parecidos a nuestros móviles, pero en todo caso sus antepasados—; los telégrafos que abrieron el camino a las comunicaciones transocéanicas... en total, unas ochenta piezas que suponen una significativa representación de la valiosa colección de inventos del XIX —algunos incluso anteriores— que los Padres Agustinos poseen en su colegio de León. La exposición se abrió ayer en el céntrico Museo Liceo Egipcio de la ciudad (en la calle Conde Luna, 6), donde podrá verse hasta el 20 de abril.

Cada pieza va acompañada de su nombre y descripción y, en algunos casos, de aparatos o sistemas modernos —como la fibra óptica, por ejemplo— que ilustran lo importante de aquellos avances y descubrimientos. «Hay diversos aparatos de medida pero también inventos que en cierto modo revolucionaron la vida de la gente, como el primitivo teléfono de d’Arsonval o los famosos de Graham Bell», explicaron los organizadores».

muy singulares

El museo, mantenido especialmente por el profesor de Biología y Ciencias Naturales Aniceto Iglesias, cuenta además con un ejemplar del «tornillo de Arquímedes, inventado por este matemático griego en el siglo III a.C., y que resulta muy útil para sacar un líquido y que ascienda a partes más elevadas». La muestra que ayer quedó inaugurada incorpora otro objeto de lo más curioso: un reloj de mediodía o «cañón solar» que es uno de los doce catalogados hasta el momento en España —y único en la provincia de León—, y cuyo funcionamiento fascinó a muchos de quienes acudieron a la apertura de la exhibición. Se trata de un reloj de sol que lleva adosado un pequeño cañón con una mecha que se prende cuando los rayos luminosos se concentran en una lente adjunta. El cañoncito, por tanto, disparaba sus balas justo a mediodía. Y aunque éste es de reducidas dimensiones, los hubo mucho más grandes. Las versiones pequeñas, domésticas, se empleaban en casas nobles y palacios para indicar la hora del almuerzo y las de gran porte se usaban en parques europeos para dar las doce en punto del mediodía.

Algunos de los objetos han pasado a ser, hoy, poco menos que juguetes —como el ludión de Descartes, o las anamorfosis, esos dibujos que no parecen significar nada hasta que se ven reflejados en una lente—, «pero que están basados en la física que nos rodea por todas partes», como pusieron de manifiesto los organizadores.

Linternas mágicas —esto es, los primeros pasos del cinematógrafo—; dispositivos encaminados a mostrar a los alumnos cómo funcionaba la máquina de vapor o el pararrayos; el «pájaro bebedor»... la mayoría de estas piezas, en su día, integraban el muy nutrido laboratorio de física usado por los Agustinos de León desde 1880 y que fueron rescatadas y recuperadas, del desván en el que habían quedado arrumbadas, por profesores e investigadores con la ayuda de varios alumnos. Por ejemplo, el fonógrafo de Edison se sometió a una meticulosa labor de limpieza y restauración. Y han encontrado documentos que revelan cómo el laboratorio quedó completo a principios del siglo XX. En la actualidad, el museo del colegio, que puede visitarse con cita previa, cuenta con cerca de 400 objetos y dispositivos.

«Estos y otros inventos supusieron un gran avance en la ciencia, además de contribuir al desarrollo de la física, la química y la ciencia en general, contribuyendo al bienestar de gran parte de la humanidad», concluyeron.

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