Diario de León

| Entrevista | Felipe Martínez Prieto |

«La tasación de libros evita que se pueda engañar a los propietarios»

El librero leonés ha creado una web pionera en España para asesorar sobre la tasación de libros y documentos, porque cualquier «joya» tiene un valor «perfectamente calculable»

Felipe Martínez, propietario de la librería Camino de Santiago, y experto en tasación de libros

Felipe Martínez, propietario de la librería Camino de Santiago, y experto en tasación de libros

Publicado por
Miguel Ángel Nepomuceno - león
León

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¿Qué hacer con los libros viejos? ¿Cómo saber si tienen o no algún valor? Para todas estas personas que ignoran el valor de lo que tienen y les gustaría conocerlo antes de donar o vender una biblioteca o unos cientos de libros «inútiles», existen profesionales que por un módico precio hacen tasaciones. Felipe Martínez, propietario de la librería Camino de Santiago, que ha sido invitado por la Universidad de Zaragoza para impartir una serie de conferencias sobre los métodos de tasación, habla en esta entrevista de por qué, cómo y quién, puede hacer una tasación de libros, viejos o nuevos, y cómo sacar provecho de aquellos que ya no son útiles. -¿Para qué se utiliza la tasación de libros y quién recurre a ella? -La tasación de libros puede tener varios propósitos, y puede utilizarla quien lo desee, bien sean propietarios particulares o instituciones. El primero de ellos es la valoración patrimonial, como en el caso de cualquier otro bien mueble o inmueble, aunque los libros suelen ser los grandes olvidados en este sentido: tanto particulares como bibliotecas muchas veces tienen los libros sin valorar, a veces por generaciones. -¿Se aseguran los libros? -Todavía es poco frecuente, pero en muchos domicilios hay libros cuyo valor económico puede ser tanto o más alto que el del resto de los bienes. Lo mismo hay que decir de algunas bibliotecas que pertenecen a instituciones privadas. -¿Cómo se divide una herencia bibliográfica? -Para no hacerlo por el rústico procedimiento de partir los tomos de una obra en dos o en tres partes, o el de repartir por número de ejemplares o por fechas de edición, métodos caseros que provocan inevitablemente que la división no sea equitativa, es necesaria la tasación previa. Quien decide vender libros o bibliotecas debería conocer su valor de mercado antes de venderlos, sea directamente a particulares, a libreros, mediante casas de subasta... La tasación es una herramienta que le permite obtener el mejor producto de la venta, puesto que a partir de ella podrá fijar con conocimiento de causa los precios. -¿Qué tipo de libros se tasan? -Puede ser conveniente tasar libros o documentos individuales, tanto antiguos como modernos, mapas, grabados, pinturas sobre papel o pergamino, colecciones de todo tipo, aunque a condición de que sean de alta calidad bibliográfica. Siempre hay que tasar las bibliotecas o archivos enteros, en cuanto su magnitud alcance cierta entidad, incluso las bibliotecas domésticas con libros modernos sin especial valor económico tomados de uno en uno, pero que reúnen generalmente entre 500 a 3.000 libros. No solamente para prever las pérdidas económicas (humedades, fuegos en las viviendas...), sino también porque muchas veces los libros tienen valores sentimentales para sus propietarios. -¿Cuánto cuesta una tasación? -Los honorarios de tasación internacionalmente aplicados son porcentajes sobre el valor tasado, del 3% al 5%. Además hay mínimos, tarifas horarias... Conviene hablar con el tasador de este tema, porque a veces aceptará que el pago de sus honorarios pueda ser en especie, de modo que no haya que temer un gran desembolso si el resultado de la tasación alcanza cifras altas. -¿Quiénes suelen tasar sus libros, instituciones, particulares, bibliotecas, vendedores¿? -En nuestro país no hay ningún colegio profesional o institución nacional que acredite la cualificación para tasar libros, aunque sí existen asociaciones y gremios profesionales de libreros anticuarios que a veces emiten certificaciones en este sentido. Los tasadores de libros cualificados, generalmente, son libreros anticuarios de alto nivel profesional, cuyos conocimientos y experiencia comercial en el ámbito nacional e internacional les convierten en tasadores insustituibles. También están muy capacitados para tasar libros o documentos algunos funcionarios de las grandes bibliotecas, los encargados de las adquisiciones, puesto que también ellos tienen los conocimientos comerciales necesarios en cuanto a precios. Pero se debe tener en cuenta que estos funcionarios, por ley, no pueden tasar más que los libros de las instituciones públicas, o aceptar o rechazar los precios fijados por quien ofrezca libros o documentos, normalmente libreros, casas de subastas... Es muy corriente que los particulares intenten que los bibliotecarios o archiveros hagan de tasadores para ellos, lo cual no es su misión, y les está vedado por la ley. Ello interfiere muy negativamente en el trabajo de estos profesionales, que no están para eso, pero que se ven obligados a atender muchas consultas de este tipo en detrimento de su trabajo. Les he oído muchas veces quejarse de esta situación, y ello ha sido uno de los motivos principales para crear mi nueva web especializada en tasación de libros www.tasaciondelibros.com, la primera en España de su tipo. Se ofrece gratuitamente todo tipo de informaciones relativas a la problemática que plantea la tasación de libros y documentos. -Ha sido invitado por la Universidad de Zaragoza para impartir una serie de charlas sobre la tasación de Libros... -La tasación de libros en nuestro país es un asunto de gran interés actualmente y este interés está muy relacionado con la nueva conciencia social que existe en relación con el patrimonio bibliográfico y documental. -¿Que ventajas y desventajas presenta una tasación? -Las únicas tasaciones que no deberían hacerse son las de las obras o bibliotecas con libros cuyo valor económico presumible no merezca la pena conocer. Se dan con frecuencia dos casos: el de quienes tienen en casa libros o bibliotecas, a veces heredadas de sus antepasados, a los que nunca han prestado la menor atención como parte de su patrimonio familiar; y el caso inverso, quien encuentra en el desván libros o papeles y automáticamente les atribuye importantísimos valores, muchas veces con la bien intencionada, pero poco realista ayuda de pretendidos expertos en tasar libros. Hay que desconfiar de quienes dicen «esto es una joya», «tiene un valor incalculable». Los libros, como los documentos y cualquier otro bien mueble, tienen valores perfectamente calculables, pero determinarlos es tarea de los profesionales cualificados.

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