La «obra maestra del género» está decorada con jinetes, animales y escenas de caza

El arma procedente de Lancia es una vaina de bronce de 18,9 centímetros de longitud y 6 centímetros de anchura ornada con relieves repujados. «En el centro, y aprovechando el máximo ensanchamiento -”describe Antonio García y Bellido-” posee un medallón dentro del cual figura en relieve un jinete cabalgando hacia la izquierda. Tiene en una de sus manos las riendas. En la otra, alzada, parece blandir una espada. El medallón va perfilado por un círculo de botones o perlillas».

A la izquierda, el medallón presenta una escena de caza en la que se ve un ciervo y una cierva, y debajo, un cazador acometiendo un jabalí. Más a la izquierda existe una banda vertical con un letrero, también en relieve, que en parte cubre la boca de la vaina y que dice, leyéndolo con la punta del puñal hacia abajo, VIVAS. «Es fórmula que debió ser relativamente usual pospuesta a un nombre propio que habría de estar en la otra cara de la vaina», afirma el experto, indicando, en la escena de la derecha, y rellenando todo el espacio, la presencia de un lobo acometido por un peón y un jinete, otro peón luchando con un ave, perros, botones decorativos y más aves, cubriendo todo el espacio en una suerte de horror vacui ya que prácticamente no se deja ningún espacio libre por cubrir.

«Creo que, hoy por hoy, es la obra maestra del género por el manifiesto deseo de ostentación y lujo que demuestra», ratifica Antonio García y Bellido.

Nacido en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, en 1903, y fallecido en Madrid en 1972, este arqueólogo y miembro de la Real Academia de la Historia realizó investigaciones y descubrimientos en algunos de los más importantes yacimientos de la Península Ibérica.