Diario de León

León estrena una ruta por su historia insólita, los crímenes y fantasmas

El investigador Javier Tomé pone en marcha el sábado visitas guiadas tras los misterios de la ciudad .

Javier Tomé con las dos guías de la nueva ruta por el ‘León insólito’.

Javier Tomé con las dos guías de la nueva ruta por el ‘León insólito’.

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Una ruta por el León insólito. La historia ‘no oficial de la ciudad’. Leyendas de fantasmas, asesinatos, misterios, curiosidades y sucesos increíbles. El investigador leonés Javier Tomé estrena el sábado una singular iniciativa: un itinerario a pie de hora y media de duración para conocer los secretos de la ciudad que no cuentan los libros de historia. Las visitas guiadas, que cuestan 6 euros e incluyen un vino al final de la etapa, discurren por el casco antiguo. Un trayecto no sólo de ‘piedras’, sino con el relato de las anécdotas, tradiciones y mitos que «han forjado la identidad leonesa y sus más bellas fábulas». Porque, como sostiene Tomé, León es «una ciudad pequeña, pero de grandes ideas y de un tamaño perfecto descubrir a pie sus historias». Un itinerario pensado, por tanto, para turistas y locales.

El recorrido comienza en la plaza de San Marcelo, que en décadas pasadas era un imán de la más variopinta fauna humana de la capital: buscavidas, fotógrafos y limpiabotas como el señor Fermín, ‘caballero mutilado’ -como se apodaba a los soldados de las tropas franquistas-. Personajes estrambóticos que se daban cita junto a uno de los monumentos más insignes de la ciudad, ya desaparecido, un urinario público con formas orientales, conocido popularmente como la mezquita Ben-i-Mea. De esta plaza de San Marcelo partía el famoso Ripert, un carruaje de mulas que era el ‘tranvía’ de principios del siglo XX. Cerca del balcón del viejo consistorio, desde el que se proclamó la República en 1936, tenía su parada la primera mujer taxista de España, Piedad Álvarez Rubio, ‘La Peñina’. Y también en esta plaza, donde en noviembre se instalaban casetas de cine y charlatanes vendedores de tónicos sanadores, una de las atracciones más celebradas era el ‘Teatrillo de las pulgas’, donde se celebraba una sorprendente boda entre dos de estos minúsculos saltarines.

Avión nazi y burródromo

La siguiente parada del itinerario es la calle de La Rúa, para la que Tomé ha rescatado la historia no documentada del avión de la Legión Cóndor que se estrelló aquí, provocando el terror de los vecinos. «Lo que sí registran los anales históricos es la carta que el propio Hitler remitió a las madres leonesas agradeciendo el trato que habían dispensado a los aviadores nazis». También hay parada ante el convento de las Concepcionistas, fundado en el siglo XVI, donde hace cien años hubo una acalorada polémica entre el vecindario por la ‘instalación’ de un burródromo. En la iglesia del Mercado los visitantes conocerán algunos secretos de este templo del siglo XII que guarda espinas de la corona de Cristo. En la tortuosa plaza del Grano la parada obliga a evocar que las ejecuciones de los condenados a la pena capital eran un ‘espectáculo’ que reunía a decenas de vecinos. En el convento de las Carbajalas, hoy descanso de peregrinos, se alojó en tiempos de la francesada la célebre cortesana Pepita Tudó, que había contraído matrimonio secreto con el poderoso Manuel Godoy. En el palacio de Don Gutierre, que en 1860 era sede del casino La Amistad, «se celebró con enorme júbilo la toma de Tetuán por el ejército español». El palacio se desplomó en el 2002.

En la plaza de San Martín, los visitantes podrán escuchar la copla: «Tres cosas hay en León/ que causan admiración:/ La Catedral, San Isidoro/ y el buen vino servido en porrón». En la calle Matasiete hay que detenerse en el lugar donde un día estuvo la conocida taberna del Tío Joroba y la refriega que acabó con siete muertos. La Plaza Mayor, que oculta misteriosos túneles, siempre ha sido lugar de mercadeo. Ya en tiempos de Alfonso XI se castigaba con cien azotes al que incumpliera las normas del comercio. La plaza es un lugar propicio para las leyendas de ejecuciones, apariciones de la virgen y sonadas escabechinas, que se extienden hasta la vecina calle Plegaria.

En Palat del Rey, la iglesia más antigua de León, los gamberros «echaban polvos de anilina en la pila del agua bendita, logrando que los creyentes se pusieran la cara como un Cristo». A pocos pasos está el mercado del Conde Luna, la pequeña Boquería leonesa que abrió sus puertas al público en 1928. «Una cátedra de la fruta y la verdura, que se cuenta entre las grandes obras llevadas a cabo por la dictadura de Primo de Rivera en León». En la esquina, el majestuoso palacio del Conde Luna, que en sus años de ruina fue almacén de fruta y siglos antes sede del Tribunal de la Inquisición, donde persiste la leyenda de un fantasma. Dice la tradición oral que aquí estuvo también el primer café gay.

La ruta ideada por Tomé enfila a continuación la calle Ancha, donde en 1906 se colocaron los primeros arcos voltaicos que iluminaron las noches leoneses. «Otro de los grandes mitos locales es el hotel París, a cuya puerta se colocaba antaño un gran cartel que informaba al público mediante telefonemas de los grandes acontecimientos que se producían en el mundo».

El fantasma de Ordoño

En la Catedral, , entre cuyos muros se coronó al rey Alfonso VII como emperador, los visitantes de este singular itinerario por el León insólito escucharán leyendas de prelados, canónigos, maestros canteros y el fantasma de Ordoño II, que se levanta por las noches de su fría mortaja pétrea, así como la historia del certero rayo que en 1966 dejó el templo sin techumbre. Al igual que la Catedral, San Isidoro, donde tuvieron lugar en 1188 las primeras Cortes democráticas celebradas en Europa, está rodeado por un velo mítico de intriga, empezando por el templo romano dedicado a Mercurio que se supone ‘yace’ bajo sus cimientos o el extraño bestiario poblado de criaturas de la iconografía egipcia o el misterioso gallo de la Torre que llegó antes del siglo VIII de tierras orientales y que según la leyenda cantaba para avisar de la llegada de las tropas moras que querían atacar la ciudad.

La ruta discurre por la calle del Cid, con el singular edificio de la Audiencia Provincial, donde se cree que nació Guzmán el Bueno y de ella salió el Cid Campeador para contraer matrimonio con doña Jimena. «Una historia muy celebrada, aunque dudosamente cierta, dice Tomé. El palacio de los Guzmanes, hoy sede de la Diputación, obra del arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, llamó la atención del rey Felipe II, quien, asombrado ante el despliegue de herrerías en los ventanales, comentó en tono malicioso: «Mucho yerro me parece para un obispo». La construcción del edificio Botines a punto estuvo de costarle la salud a Gaudí. Este castillo de cuento encierra sus secretos. En 1950 apareció un tubo de plomo que contenía diversos documentos de la época en que se alzó, así como monedas y planos originales.

«Y así acabamos el recorrido por el León insólito, una mezcla de mitologías, hechos y anécdotas que reflejan en su conjunto el eterno guiñol de la vida leonesa», dice el creador de esta original ruta.

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