Diario de León

Irreconocibles

El León que quedó para los anticuarios

Ciudades y monumentos leoneses cuya imagen solo se preserva ya en fotos antiguas. El escritor Gregorio Fernández Castañón ha ido a su rescate. El resultado es una joya titulada ‘Una mirada al pasado’.

León

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A pocos metros de San Isidoro estaba el convento de las catalinas, del que no queda ni rastro. Astorga tuvo un castillo cuyas piedras, dicen, se reutilizaron para construir la plaza de toros. El escritor y editor leonés Gregorio Fernández Castañón ha recuperado ambas imágenes. Lleva más de veinte años haciendo una labor casi antropológica, buceando en anticuarios y coleccionistas para rescatar un León que desapareció hace décadas.

Sus pesquisas han permitido documentar gráficamente que en la capital leonesa hubo otros cuatro campos de concentración además del siniestro San Marcos durante la Guerra Civil —en el solar que hoy ocupa el Conservatorio, en el antiguo hospicio, en las escuelas de Ponce de León y en la vieja fábrica de curtidos de la familia Lescú en el barrio de Santa Ana, que le costó ocho años localizar— .

Portada del libro. DL

Una selección de las mejores fotos, la mayoría inéditas, las ha publicado en los libros León tras las sebes del ayer, Un viejo León muy prestoso y León, entre recuerdos y añoranzas; el miércoles llegará a las librerías el cuarto —y último, dice—, Una mirada al pasado, cuya portada esta ilustrada por una imagen de Winocio Testera de 1915.

Detrás de cada libro hay más de tres años de trabajo y una media de 15.000 euros, que no recupera con los 75 euros a los que se vende cada ejemplar. Por algunas fotografías ha pagado 400 euros, como una de Germán Gracia sobre la construcción del puente de Valencia de Don Juan; o los 600 que le cobró un coleccionista alemán por las instantáneas del avión estrellado en Ocejo de la Peña y el entierro del aviador de la Legión Cóndor que lo pilotaba. Libros que edita él mismo y, con la pulcritud de un amanuense, añade desde facsímiles sobre la historia del concejo, a la pluma de un gallo de La Cándana, con las que se hacen las apreciadas moscas para pescar.

Lo más difícil, además de fechar las fotos, es averiguar el lugar en que fueron hechas. En una vista aérea de León de los años cincuenta descubrió un ‘extraño’ campanario.

Durante seis meses mostró la imagen a infinidad de personas y hasta visitó un centro de la tercera edad en busca de pistas para averiguar a qué iglesia pertenecía. Cree que, probablemente, se trata del convento de las catalinas, fundado por Beatriz de Guzmán en el siglo XIII. Una mirada al pasado incluye estampas de 300 pueblos de la provincia. El libro lo ha dividido en siete partes, coincidiendo con los antiguos partidos judiciales de León.

Sorprende ver cómo era el monasterio de San Miguel de Escalada a finales del siglo XIX, el desaparecido parador de Riaño, el primitivo santuario de La Virgen del Camino o el viejo torreón que fue cárcel y hoy es la sede del Ayuntamiento de La Vecilla.

Tal como eran

No retoca las fotos, pese a que para preservar la calidad de las imágenes antiguas se compró un sofisticado escáner. «No borro ni las anotaciones ni los rayones», explica.

Una de las más raras con las que se ha topado Fernández Castañón, cuya colección supera las 6.000 imágenes —casi 4.000 publicadas en sus cuatro libros— es un retrato de un matrimonio de Cistierna con sus cuatro hijos. Sin embargo, la madre sostiene en su regazo a una niña de pocos meses, muerta, maquillada y ataviada con sus mejores galas.

Afirma que «cada foto tiene detrás una historia». Una de las más curiosas y que el escritor y editor leonés tardó tiempo en ‘descifrar’ está tomada en Valderas en 1914 y tiene escrita la palabra ‘castillo’ señalando una pequeña ruina. En su opinión, se trata de un comando militar levanando un mapa de la zona.

El libro documenta la vendimia y faenas agrícolas, la reparación de carros, procesiones y rogativas, algunos de los famosos balnearios de la provincia, la construcción de puentes, el paisaje desolador de Santa Lucía de Gordón por los bombardeos de la Guerra Civil, el chorco de los lobos, la indumentaria tradicional, la estancia de Camilo José Cela en La Vecilla, Nocedo y Valdeteja o el sonado juicio por un accidente ocurrido en El Millar entre un autobús de seguidores del Atlético de Madrid y un camión cargado de vacas.

En cinco páginas Fernández Castañón reúne distintos momentos constructivos del Palacio Episcopal de Astorga. Un avispado coleccionista intentó colarle una imagen de Ramón Saus como la inauguración oficial del edificio diseñado por Gaudí. En realidad, sí es una foto histórica, de 1910, pero cinco años antes de la conclusión de las obras.

Las imágenes antiguas van acompañadas de carteles, recibos, anuncios, recortes de prensa, litografías, postales y todo tipo de documentos originales, como la portada de un antiguo cuento del leonés Calleja titulado Pinocho en Babia. Y la historia de innumerables personajes, como Joselillo, nacido en 1922 en Nocedo de Curueño y auténtica figura del toreo en México, donde falleció a los 25 años a consecuencia de una cornada.

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