Diario de León

Va camino de los 90 años

León rescata del olvido su estatua de ‘La Libertad’

La pieza ha sido restaurada por Juan Antonio Cuenca a instancias del Instituto Leonés de Cultura Ya luce en el patio del Palacio de los Guzmanes

León

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La Libertad vuelve a lucir joven —pese a que su ‘DNI’ desvela que va camino de los 90 años— y sobre todo de una pieza. La histórica alegoría de la República realizada en piedra artificial por el escultor leonés Manuel Gutiérrez Álvarez descansa nuevamente en el patio del Palacio de los Guzmanes, donde tantas tardes de gloria vivió desde que su autor donara la obra a la Diputación allá por 1932. Símbolo de independencia, de un incipiente régimen que soñaba con un tiempo de prosperidad, la bella dama —a cuyo lado reposa un león, imagen de la fuerza del pueblo español— fue troceada y guardada en cajas por manos anónimas quizá como único remedio para garantizar su salvación tras la Guerra Civil. Una decisión salomónica que a la postre evitaría su ‘muerte’ casi segura por parte del franquismo.

Desterrada a los bajos de su propio palacio durante décadas, al fin encontró respuesta a las plegarias emitidas en silencio por muchos de los paisanos que en su día quedaron presos de su particular encanto. Los años 80 asomaban tímidos en lo que a todas luces parecía un nuevo mundo. Una nueva esperanza. De liberarla del cautiverio —caprichos del destino— se encargó el historiador leonés Wenceslao Álvarez Oblanca quien, con la ayuda de Valentín Yugueros, unió las piezas en el edificio Fierro, sede actual del Instituto Leonés de Cultura.

En abril de 1932
El escultor leonés Manuel Gutiérrez Álvarez donó la obra a la Diputación con motivo del primer aniversario de la II República

Allí, renqueante aún, comenzaba sin embargo un renacer que ahora, casi medio siglo después —y precisamente a instancias del propio ILC— escribe otro capítulo a una historia de encuentros y desencuentros con una Libertad que nunca debió perderse.

Con la entrada de 2021, la institución le encargó restaurarla a Juan Antonio Cuenca y aunque todavía faltan algunos retoques ya luce en el patio de la Diputación como hizo antaño. Como siempre debió ser. El paso por quirófano de una de las escasas esculturas originales en torno a la II República que han sobrevivido hasta nuestros días terminará con la colocación de una fotografía antigua de la estatua así como un pequeño texto que resuma su historia y la de su autor.

La mujer vestida con toga sostiene otra vez una antorcha en el brazo derecho mientras un sediento león se tumba a su lado. La pandemia ha hecho imposible que La Libertad sea presentada en sociedad como se merece y de momento son unos pocos privilegiados quienes han podido contemplarla. Pronto recibirá honores como merece. Pronto volverá a ser del pueblo.

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