Diario de León

León triunfa en Europa bailando

En primer plano, Silvia Olmos, directora del Cras Dance con los campeones de Europa. JESÚS F. SALVADORES

En primer plano, Silvia Olmos, directora del Cras Dance con los campeones de Europa. JESÚS F. SALVADORES

Publicado por
G. Espinosa-Arroquia
León

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Ser campeones de Europa nunca es fácil, pero si además son chicas y chicos de una pequeña localidad como Trobajo del Camino, tiene aún más mérito si cabe. No son futbolistas ni jugadores de baloncesto, tampoco tenistas. Son bailarines, concretamente de danza urbana, y ganaron en determinadas categorías el Campeonato Europeo de que este año se celebró en Roma entre los días 12 y 14 de julio. Gracias al grupo de las Fresisuis (formado por niñas que tienen de 6 a 8 años), el dúo integrado por Ares Costa y Keyla Ibáñez (ambos de 12 años), la agrupación de las Boomis, Mega boomis y Chicuelines, España quedaba entre el primer y tercer puesto del podio. Toda una hazaña teniendo en cuenta que algunos de ellos no llegan ni tan siquiera a los 14 años.

Costa explica que, además del dúo con su compañera de baile, participa en los equipos de Gingers, Chicuelines, Mega boomis y nos dice que esta gran variedad de bandas se debe a la diferencia de nivel que hay entre unos y otros, obviamente «el grupo de las más pequeñas (Fresisuis) suele ser más fácil para que pillen mejor la coreografía y los que son más mayores pues más difícil». Aunque antes de entrar en la academia, en septiembre, «tenemos que venir a unos castings y tú eliges el grupo al que quieres estar, si pasas ese casting, te meten en el grupo y sino... pues no».  

Este último triunfo en la pista de baile ha sido el resultado de muchas horas de trabajo, tanto de los propios alumnos de Cras Dance como de los profesores de la academia, y por supuesto de su directora, Silvia Olmos, la artífice de esas coreografías tan elaboradas que les han llevado a lo más alto. Por si fuera poco, también se encarga de seleccionar las músicas que van a bailar, y de diseñar los uniformes que llevan con orgullo sus jóvenes bailarines de élite. Todo esto sin contar con subvenciones ni ayuda alguna; de hecho, las llamadas cariñosamente ‘mamis’ de Cras Dance llevaron a cabo un crowfounding en la página web de leetchi para sufragar los gastos del viaje a Roma que tuvo lugar a mediados de julio.  

Olmos dice que a pesar de la «mucha disciplina, los muchos horarios y los muchos requisitos» que exige el baile, en España aún sigue sin estar reglado. Quizás la solución, como bien apunta la directora de Cras Dance, sería crear una federación. De esta forma, no tendrían que correr ellos mismos con todos los costes que supone (aparte del vestuario, el maquillaje, la peluquería) el desplazamiento a un evento de tal magnitud como es un mundial o un certamen a nivel internacional.  

A pesar de estos inconvenientes los chicos de Cras Dance siguen luchando por hacerse un hueco y alguno ya sueña con ser de mayor bailarín profesional. Laura González Castellanos (perteneciente al grupo de las Boomis, Mega boomis y Fashion Kids) le encantaría dedicarse de mayor a esto porque le gusta mucho bailar danza urbana, y además «expreso mis sentimientos». Adriana Ordoñez Álvarez (Fresisuis y Bombitas) cuenta que bailar «es su afición preferida», ella estuvo antes en otras escuela pero «en Cras Dance me acogieron muy bien y me gustan mucho los pasos y las coreografías».  

Es curioso que una parte de los premios obtenidos en estos años haya sido gracias a las Boomis (cuyas edades rondan entre los 11 y 15 años) y a «las más pequeñas» de la escuela. Olmos con respecto a las ‘peques’ aclara que «lo han cogido con muchas ganas, y yo creo que toman de referencia a los mayores, ven que ellos se lo toman en serio». Con respecto a las Boomis dice que «ya llevan muchos años juntas formándose». Esta información es confirmada precisamente por una de las componentes de las Boomis, Paula Álvarez Álvarez, que aclara que al llevar tanto tiempo juntas «sabemos trabajar mejor, y porque nos lo tomamos muy en serio, y por ejemplo en Mega boomis que es un grupo más grande, es más complicado que todo el mundo esté en lo mismo».  

En Cras Dance cogen a alumnos desde los 2-3 años y aunque sea un reto para los mismos profesores, Olmos recalca en que en la academia «trabajamos musicalidad y movimiento mediante juegos, para que lo vayan entendiendo y vamos haciendo la coreografía poco a poco». Sin embargo, el número de alumnas sigue siendo más elevado con respecto al de alumnos. La directora opina que «puede ser que haya algún prejuicio todavía, que el baile se vea como más de chicas, que no tiene nada que ver porque no es para nada de chicas, es más, los chicos, si lo ves en Estados Unidos, (en este tipo de baile) suelen ser más que las chicas, pero aquí todavía no ha llegado. Poco a poco se va viendo que van niños pequeños que se animan a bailar».  

Álvaro García Ravaga (un componente masculino de Mega boomis) cuenta su caso: «Yo de pequeño ya bailaba, y entonces una vez fuimos al auditorio (a actuar) pero yo no fui porque me daba vergüenza y entonces dejé de bailar, y el año pasado mi prima se iba a cambiar de academia y me dije a mí mismo que iba lo de las puertas abiertas (de Cras Dance) y me apunté. Y me dijo Silvia (Olmos) que me apuntara a competición».  

Ya pocos reconocimientos les queda por alcanzar a Cras Dance a nivel nacional e internacional, ahora solo les toca «seguir trabajando y cosechando éxitos», palabras no solo de una directora de academia de baile, sino de una auténtica bailarina profesional que sabe lo que cuesta el éxito. ¿Su próximo objetivo? Un mundial, pero no uno cualquiera, sino el de Estados Unidos, la cuna del ‘street dance’, o del baile urbano. Será en Orlando (California)comienza el día 24 de noviembre de este año y termina el 1 de diciembre. Llevarán dos coreografías, una ya está montada, la otra, empiezan a ensayarla en este mes de agosto. No descansan ni siquiera en vacaciones. Ganar un mundial es lo que más desean, es el único premio que se les resiste. Lo intentaron en 2017, en la ciudad de Phoenix (Arizona), pero se les escapó. Hay que reconocer que la competencia es dura cuando uno se enfrenta contra al mundo. Pero nada les va a parar en su meta.

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