Diario de León

Un leonés de cuatro patas, con los Monty Python

El carea Iko participa en la versión del Quijote que ha hecho Terry Gilliam.

El adiestrador Rafael Casado sostiene al carea leonés Iko, junto al director Terry Gilliam y el adiestrador Félix García.  DL

El adiestrador Rafael Casado sostiene al carea leonés Iko, junto al director Terry Gilliam y el adiestrador Félix García. DL

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pacho rodríguez | león

Un perro leonés comparte película con todo un Monty Python, Terry Gilliam, uno de los de La vida de Brian, palabras mayores, que es casi lo que más se acerca en británico al Amanece que no es poco de José Luis Cuerda. Lo que pasa es que a Gilliam casi le ocurre, en este caso, lo de cómo ser Quijote y no morir en el intento... Porque le salió un Manolete, otra de esas películas malditas que al final se hizo cuando se pudo.

Él, polifacético artista británico, de hecho, lleva en este intento enfermizo desde 1991. Pero ya se acabó el rodaje, y, en fase de montaje, su estreno está previsto en Madrid en otoño de este año. Entre tanto nombre ilustre, surge la parte leonesa: un perro que se llama Iko, que es un actor a cuatro patas por obra y gracia de Félix García, experto en adiestramiento y especializado en las razas leonesas como el carea o el mastín.

Félix García cuenta que «el verdadero protagonista del asunto es Iko, un perro de raza Carea Leonés entrenado para trabajar en el cine. El perro aparece junto a la Bruja. Fue genial la acción en la que ambos (el perro y la bruja) discuten, como si lo hicieran todos los días», explica acerca de la intervención de Iko. Para localizar al animal, el propio García señala que «nació en Fornillos de Fermoselle (Zamora), descendiente de las conocidas estirpes de la raza carea, lo crió un conocido leonés que vive por allí, Víctor Casas, que también hace cine, pero documental. Luego tuvo otro dueño, con el que no congeniaba bien (es un perro con temperamento), así que llegó a mis manos con siete meses y ahí comenzó su carrera. Al poco tiempo de estar conmigo se lo enseñé a Rafael Casado y él lo entrenó para trabajar en el cine y desde entonces vive entre León y Madrid».

Amores perros

Luego resulta que esta historia de amores perros tiene en Iko sus antecedentes en el cine. Y si diera ruedas de prensa contaría que hizo su primer papel en Fuga de Cerebros 2, de Carlos Therón, con dummy de doble incluido, porque le tocó en suerte ser electrocutado.

La trayectoria de Félix García, aunque no se limita al cine, sino al adiestramiento, participación en ferias y eventos especializados, cría y educación de perros, también ha tenido que ver con rodajes y spots.

Otras estrellas perrunas

De hecho tiene otras estrellas que él mismo resalta: «Destacan Manchi y Gus. Gus era un perro excepcional. Gus participó, entre otros, en El Reino de Los Cielos, de Ridley Scott, y Los Fantasmas de Goya, de Milos Forman». Y el propio García los humaniza: «A Gus igual lo recuerdas, que se lo regalé a Ubaldo, el del Cafetín. Se crió en el Húmedo. Como nosotros...», dice como guiño generacional.

Pero si el Gus que se las gasta cinematográficamente con Milos Forman, o este Iko que se convierte en caballero de esta tabla que más que redonda casi es imposible, el auténtico motor de esta historia es el propio Félix García. Parte de un amor a los perros que materializa casi en forma de cuento clásico cuando de pequeño llenaba su casa de libros de perros. Y su cabeza de lecturas ante la imposibilidad de tener uno en casa. Un guión para Tim Burton que este leonés también completa con experiencias y reflexiones. «El primer perro mio, mio, lo tuve con 20 años. Pero ya desde los 14 empecé a presentar perros en exposiciones caninas y a colaborar con los criadores y adiestradores de León, y a cuidar los perros de la protectora de animales», explica. «Luego he tenido varios, no muchos «mios». Hasta la fecha, diez, Schnauzer miniatura y careas», añade.

Félix García cuenta ya con 20 rodajes en cine, media docena de series de televisión, unos 15 spots para TV, algunos extranjeros, un par de cortos, y también innumerables sesiones de fotos o aportaciones de perros para publicidad en otros formatos.

Y lo que está claro es que no podría escaparse de aquí sin conocerse si alguna vez algún perro no le habrá susurrado que quién se creerá el hombre para asegurar que son sus mejores amigos...: «Esa es buena. Sí. Es el mejor amigo del hombre o de la mujer, pero cuando le tratan correctamente. O sea, como a un perro, y no como a un humano», aclara.

«Antes de decidirse a tener un perro hay que plantearse para qué lo queremos. Y si realmente nuestra forma de vida nos lo permite». De momento, lo que se puede asegurar es que los perros de Félix García llevan una vida de cine.

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