Diario de León

NOVELA

Mateo Díez se mete en el Cine de Sustos y el Baile de Corales

El escritor y académico leonés publica la disparatada novela ‘Juventud de cristal’

El escritor y académico leonés Luis Mateo Díez presenta hoy en Madrid su nueva novela. EMILIO NARANJO

El escritor y académico leonés Luis Mateo Díez presenta hoy en Madrid su nueva novela. EMILIO NARANJO

León

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Hubo un tiempo en el que a Luis Mateo Díez le gustaban más los cines que el cine. También los salones de baile. Aquellos lugares casi sagrados, que el escritor y académico leonés imagina siempre derruidos y donde pasan cosas misteriosas, cobran especial relevancia en su nueva novela, La juventud de cristal (Alfaguara), que hoy presenta, a las 19.30 horas, en la madrileña Librería Méndez. Nuevamente la historia se desarrolla en una de las ‘ciudades de sombra’, un territorio universal —que bien podría ser León— donde transcurre buena parte de la literatura del creador de Celama.  

Portada del libro. DL.

Por primera vez, el autor de La ruina del cielo , que ha confesado que fue un niño terrible que fumaba, bebía anís, robaba a sus hermanos y quería matar a Franco, cede la voz narradora a un personaje femenino, Mina. Una historia «disparatada», como la califica el propio Mateo Díez, en la que los protagonistas deambulan por dos extraños escenarios: el Cine de Sustos, donde los protagonistas buscan viejos fotogramas; y el Baile de Corales, un salón derruido donde se reúnen para dejar recuerdos. Semejante escenografía, a punto de desmoronarse, predispone a los personajes a experimentar cosas extraordinarias.  

Mateo Díez, que hace apenas un mes publicó Gente que conocí en los sueños , se zambulle en Juventud de cristal en esa época de inconsciencia y vulnerabilidad que es la adolescencia, para servir una novela divertida, con toques de melancolía, trufada de afectos y emociones. La juventud es un tiempo en el que todo es posible, incluso los grandes desvaríos.  

Mina, como el autor, se aferra al humor para no perder la lucidez. La protagonista revive sus años jóvenes a través de unos diarios, en los que queda reflejado cómo se dedicó ilusoriamente a ayudar a los demás como una forma de asumir sus propias carencias. Querer para que me quieran, parece ser su objetivo. Como si su propia existencia estuviera detenida, abocada a un letargo del que intenta salir viviendo la de aquellos que la rodean.

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