Diario de León

Patrimonio

El Museo de San Isidoro está en los huesos

PRIMERO TIRAR y después reconstruir. El aspecto interior del Museo de San Isidoro es desolador. Las primeras imágenes de cómo está la obra las muestra la Fundación Montemadrid. Los trabajos ya se han reanudado, pero acumulan un mes de retraso.

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León

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Parece el paisaje de una ruina. Los muros han quedado pelados hasta los ‘huesos’. Los trabajos de reforma y ampliación se han hecho a puerta cerrada. Las primeras imágenes de la obra las ha colgado en su web la Fundación Montemadrid, que financia con dos millones de euros —el Cabildo aporta otro medio millón— «uno de los proyectos más ambiciosos de conservación y puesta en valor del Patrimonio de cuantos hay en marcha a día de hoy en España».

El estado de alarma derivado del coronavirus obligó a paralizar los trabajos, que se reanudaron el 13 de abril, con las limitaciones derivadas del protocolo de prevención y seguridad, por lo que las obras sufrirán el consiguiente retraso.

Según explica en la citada web Gabriel Morate Martín, coordinador de Patrimonio de Fundación Montemadrid, el cese de la actividad ha supuesto inevitables perjuicios económicos. «Se decretó la medida del permiso retribuido recuperable, pero los días de alquiler del andamio de la obra, de la grúa o de otros medios que quedaron inutilizados no se podrán recuperar». Sin embargo, asegura que «el compromiso de la Fundación Montemadrid con este proyecto es absoluto y confiamos plenamente en entregar la obra en los próximos meses».

Otra de las imágenes del museo. Resulta difícil reconocer cada estancia. FUNDACIÓN MONTEMADRID

La angosta entrada al Museo de San Isidoro resultó ser un ‘cofre del tesoro’. Las preceptivas excavaciones arqueológicas depararon numerosas sorpresas. Ha salido a la luz buena parte de los 2.000 años de historia de este enclave, desde época romana a las construcciones civiles y religiosas que representaron el centro de poder del Reino de León. A solo 40 centímetros de profundidad se hallan algunas de las claves del edificio. Hornos de fundición de campanas, cimientos primitivos y una monumental puerta — en la misma ubicación que la minúscula que ha dado acceso al museo desde los años 60— son algunos de los hallazgos.

Pocos detalles del proyecto, diseñado por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, han trascendido hasta ahora, salvo que se triplicará el espacio expositivo (de 1.200 a 3.200 metros cuadrados), se abrirán estancias que no formaban parte hasta ahora de la visita al museo —como la escalera renacentista, el adarve de la muralla, la torre o las galerías altas del claustro Fonseca—. La ampliación posibilitará mostrar obras de arte que no se exhibían ahora, como el ajuar funerario de la infanta Doña María o el Pendón de Baeza, que previsiblemente se enseñará en la capilla más enigmática y secreta de la colegiata, la de la Magdalena, que no se ha abierto nunca al público. El museo cumplirá la normativa de accesibilidad, al desaparecer la angosta escalera de caracol que daba acceso a la Biblioteca y la Cámara del Tesoro.

La joya del románico, donde se celebraron en 1188 las primeras Cortes parlamentarias y donde Alfonso V promulgó hace mil años el Fuero de León, no disponía hasta ahora de ninguna sala que recreara dos acontecimientos tan excepcionales.

La magna reforma del Museo de San Isidoro, que se completará con la restauración del Panteón Real, a partir del próximo año con un presupuesto de 180.000 euros, incluye además un ambicioso plan de gestión.

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