El músico madrileño que eligió León para vivir

Quién le iba a decir a Daniel de Madariaga, curtido músico madrileño en bandas de impacto como La Vacazul, que León se iba a convertir en su lugar de referencia y residencia. Y, poco a poco, de proyectos que llevan su marca y una característica que parece replicar en todos ellos: el espíritu cooperativo y que lo que son eventos concretos tengan la flexibilidad de acoger y formar parte de toda la actividad de la ciudad. El asunto leonés de De Madariaga tiene un nombre: su hijo Bruno. Pero esa sería la más grande historia que mueve todo, y que para un padre orgulloso no cabría contarla en un artículo. Así que con Daniel de Madariaga, Charras durante un buen tiempo de su trayectoria, pasemos a la música, que en su caso es un racimo de estilos y propuestas.

Realmente, indagar en la actualidad de este teclista y organista, que sería top en la escena rock española, resulta abrir una puerta que lleva a otra. Pero hay que detenerse en la que ya está a la vista como es la del Festival de Jazz dentro del Festival Cuna del Parlamentarismo que organiza el Ayuntamiento de León. Por ahí ya empieza a tejer parte de la historia este productor y creador de eventos. «Lo primero que hay que destacar es que desde una concejalía de Cultura se faciliten hacer cosas. Creo que esa labor de Evelia Fernández, de Senador González y demás equipo, permite que se pueda hacer algo grande». En concreto, el Festival de Jazz, que se desarrollará del 3 al 8 de de agosto, crece en cuanto a programación. Y una buena prueba de ello es la presencia de Carles Benavent, Tino di Giraldo y Jorge Pardo, lo que supone tener en León a tres artistas de talla internacional y números 1 en lo suyo. Y, por cierto, en lo que se les proponga en géneros o estilos aledaños.

Si esta puede ser una cumbre en De Madariaga, ha tenido proyectos que por novedosos se quedaron grabados en la memoria colectiva, como es el caso de La Música va por barrios. «Esa idea tenía como fin sacar la música a la calle cuando todo estaba en contra», dice respecto al confinamiento vivido, toques de queda y demás lastres que hubo que soportar durante la pandemia.

Con Organ Solo, que será ya en noviembre, Daniel de Madariaga se introduce en un aspecto que combina lo lúdico, lo académico y todo lo que sea investigar para aprender y enseñar. «Cuando estaba en la facultad de Filosofía ya estaba metido en todo lo que fuera organizar cosas así», aclara, lo que justifica esta vocación pedagógica que va más allá del carretera y manta en conciertos por salas de España. «Creo que en este país la música debería ocupar un papel fundamental en la educación. No vale eso de: se me da mal la música. Todo el mundo puede tocar», reclama.