«Nos ha servido para quitarnos la espina de tanta cancelación»

Luis Miguel Maestro es médico de urgencias, pero la suya sería la música. «Tengo vocación de médico, pero a veces pienso que soy un músico que se dedica a la medicina para poder comer». Es el batería de Pandorado, que, ayer junto a Shinova, fue el grupo encargado de abrir una nueva de forma de ver y hacer conciertos en el Palacio de Exposiciones de León.

La experiencia les ha servido para formar parte de un lustroso cartel pero para algo más: «Al menos, nos ha servido para quitarnos la espina de tanta cancelación», afirma, y es que la banda astorgana se encuentra en un momento de crecimiento que les había servido para formar parte de algunos de los festivales veraniegos que hay en España. Un disco, grabado en Madrid con el prestigioso Manuel Cabezalí, les respalda: «Havalina, el grupo de Manuel puede ser uno de nuestros referentes. Aunque somos un tanto eclécticos. Cada uno tira para un lado, aunque, eso sí, todos para Pandorado», afirma.

Respecto a esa labor de estudio que ayer pasaron al limpio del directo, para Maestro ha de reflejar parte de su ideario musical como del trabajo de producción: «Con Cabezalí aprendimos mucho. Es una persona que trabaja con mucha profundidad, con mucho orden, que no impide también experimentar. La verdad es que entablamos una relación muy buena», recuerda. Así, de Sweet Noise a Alquimista, para llegar a Pandorado, Luismi Maestro y los suyos son un nombre a tener en cuenta. Y encima aportan sentido común al gremio. Y, en concreto, el doctor Maestro, el batería de Pandorado, al que adoran hasta sus pacientes, combina así sus dos pasiones, que completa como voz en el coro Ángel Barja. Sin duda, la música está en buenas manos.