Operación pináculos

La Catedral de León siempre avisa. Del mismo modo que la caída de dos gárgolas en 2006 obligó a realizar una revisión integral de todos los elementos ornamentales del templo gótico, en los años noventa el desplome de cuatro pináculos desveló el delicado estado en que se encontraban. Uno de ellos, del siglo XIII, se precipitó sobre el tejado de la nave sur, debido a la acción del viento y a un pesado nido de cigüeñas. Desde entonces, el Cabildo ha seguido un plan para reparar el centenar de ‘antenas góticas’ que, aparte de la estética, cumplen una función estructural. Ahora, la Catedral afrontará la sexta fase de la ‘operación pináculos’, con un presupuesto de 20.000 euros, gracias a una subvención de la Diputación. Es una de las pocas obras que se llevarán a cabo en el monumento este año.

La Catedral también sufre un expediente de regulación de empleo (Erte). La reducción de jornada y sueldo afecta a once de los catorce trabajadores de la plantilla. Durante el confinamiento el templo gótico ha dejado de ingresar 400.000 euros. La taquilla se cerró antes de la temporada alta, que coincide con la Semana Santa, una de las épocas del año con mayor número de visitantes. Además de las consecuencias laborales, la merma de ingresos decidió al Cabildo a suspender todas las obras. La mayoría de los trabajos de restauración que se llevan a cabo en el edificio son con cargo a las entradas que pagan los visitantes. También se mantendrá —a menor ritmo— la restauración de vidrieras. Los próximos vitrales en ser reparados serán el N-XVI, situado bajo el rosetón norte, y el TRN XVI, ubicado en el triforio.

De momento no hay fecha para iniciar la rehabilitación del trascoro, una construcción monumental diseñada por Esteban Jordá y Juan de Juni en 1577, que financiará íntegramente el Instituto de Patrimonio Cultural, dependiente del Ministerio de Cultura.