Pepe Muñiz, coleccionista e intelectual de lo leonés y lo enigmático, entrega a la Catedral un gran legado documental y escultórico
Son muchas horas de rastreo olfateando y descubriendo lo que está delante de los ojos de todos en esos puestos de venta callejera, o tiendas atiborradas de antigüedades, y que nadie ve. Salvo Pepe Muñiz, auténtico sabueso de lo curioso, de lo misterioso, lo antiguo. Ahora, en su plenitud intelectual le da por soltar lastre, pero vaya lastre de lujo. Esta mañana se hizo oficial la donación de una importante colección de documentos y una escultura cargada de enigma que pasará a ser propiedad de la Catedral. El obispo fue testigo y presidió el acto celebrado en la Sala Capitular.
Pepe Muñiz recordaba aquellos maravillosos años de infancia en donde su imaginación viajaba a través de las lecturas, pero en donde ya tenía querencia por las antigüedades. Aquel desván de la calle Zapaterías era todo un mundo, tal y como se recordó en referencia a su casa de la infancia. Con Verne, por los mares del Sur... Muñiz por todo el mundo. El viaje intelectual de Pepe Muñiz tenía todas las armas de la imaginacion, la ficción y la aventura, pero ese apellido imponía la abogacía y así fue. Pero como ha quedado demostrado en la Catedral, a Muñiz nadie le logró borrar esa ilusión de investigar y ser observador. Hace 40 años comenzó a dejar constancia de su conocimiento en Diario de León. Inauguruba lo que no ha dejado de ser: contador de historias.
Y lo que se puede ver ahora es, por ejemplo, un espantadiablos que según Pepe Muñiz cumple su función. Aunque el obispo Luis Ángel de las Heras dijo con humor que en la Catedral no hacía falta: "Casi da más miedo el espantadiablos que el diablo", dijo.
Se trata de una pequeña escultura articulada del XVII, pieza de gran dramatismo barroco, tal y como se señaló. Además de añadir que pudo servir para ciertos ritos parareligiosos.
Muñiz también ha donado un excepcional conjunto documental. Planos de la gran restauración de la segunda mitad del siglo XIX. Estudios de la fachada Sur de la Catedral, con un dibujo de cómo era el hastial antes de la demolición. También sobre los planos de las vidrieras. En definitiva, objetos de otros tiempos que Pepe Muñiz transporta al presente.