Diario de León

CULTURA

El Picasso leonés del siglo X

El profesor de la ULE José Alberto Moráis desvela que el miniaturista Magio revolucionó la pintura en su época Su investigación aporta pruebas de que el Beato de Escalada, actualmente en Nueva York, se hizo en León y no en Tábara.

Detalle del Beato de Escalada. Derecha, pinturas de Santiago de Peñalba y su parecido con el Beato iluminado por Magio. DL

Detalle del Beato de Escalada. Derecha, pinturas de Santiago de Peñalba y su parecido con el Beato iluminado por Magio. DL

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Fue un visionario. Un revolucionario del arte, aunque su obra prácticamente solo es conocida por los expertos. El gran público desconoce al «Picasso del siglo X», un monje leonés llamado Magio o Maius. Aunque él se encargó de relatar su vida ‘escondida’ en las páginas del Beato de Escalada, dejó algunos ‘secretos’ que llevan décadas enfrentando a los historiadores.

John Williams, máxima autoridad mundial en códices medievales, participó hace nueve años en León en un congreso sobre el Beato de Escalada, la obra maestra de Magio. Aquel congreso se cerró sin despejar si Magio lo se pintó en el monasterio leonés o en el scriptorium de Tábara (Zamora) —que por entonces pertenecía también al Reino de León—. En cambio, los profesores leoneses Vicente García Lobo y Manuel Valdés consideraron probado que el impresionante beato que se conserva en la Pierpont Morgan Library de Nueva York salió del monasterio de Escalada. No es una simple discusión territorial.

Ahora el profesor de la Universidad de León José Alberto Moráis aporta nuevas pruebas. Acaba de publicar una investigación sobre este tema en la prestigiosa revista científica Codex Aqvilarensis —que ha despertado el interés de la empresa EBSCO Publishing con sede en Massachusetts—. Moráis desvela cuál fue la fuente de inspiración para los ‘dibujos’ de Magio. Ha descubierto que las mandorlas, letras capitulares y otros elementos ornamentales del Beato de Escalada tienen una similitud asombrosa con los frescos de iglesias leonesas. «Magio tenía ante sus ojos las pinturas de Escalda, Santiago de Peñalba o Palat del Rey». Pinturas de las que hoy apenas quedan vestigios.

León en los siglos X y XI fue el mayor centro de producción de beatos —un conjunto de manuscritos medievales (36 conocidos hasta la fecha) que copian el Comentario al Apocalipsis de San Juan, escrito en el siglo VIII y conocido popularmente como el Beato de Liébana, en honor al autor, el monje también leonés del mismo nombre—. Joyas como el Beato de Gerona o el de Fernando I y Sancha salieron de aquí, aunque ninguno se conserva en León.

Explica Moráis que cuando Magio empieza a ilustrar el Beato de Escalada ya existen los de La Rioja o San Millán de la Cogolla, pero el monje leonés lleva el arte de la iluminación a la cumbre. Su estilo es absolutamente innovador: introduce franjas de color en los fondos, para dar perspectiva, decora las iniciales de los textos e introduce las miniaturas a doble página, algo inaudito hasta entonces. De momento, no ha podido probar si Magio pintó el Antifonario de la Catedral, una auténtica joya bibliográfica. «Yo creo que está ahí de alguna manera. Es posible que se formara con los artistas del Antifonario», dice, pero «está claro que conoce las obras de los scriptorium de León».

Un ‘fauvista’ de hace mil años

Moráis piensa que a los pintores del Renacimiento se les ha magnificado, pero «nunca se mira a los que lo inventaron todo, como Magio». Para este investigador leonés Magio es «modernísimo». «No representa la realidad como es, sino de una forma muchos más expresiva. Pinta el sol de color azul, el agua roja y algunos animales amarillos. Es casi un fauvista». El historiador Peter Klein cree que Picasso se inspiró en los beatos para obras como el Guernica. De ahí que a Magio se le bautizara como «el Picasso del siglo X».

Moráis considera que la obra de Magio debería ser Patrimonio de la Humanidad. «Si en el futuro la Junta pretende realizar una petición de declaración de patrimonio de la Humanidad de la arquitectura prerrománica leonesa del siglo X (Palat, Escalada, Santo Tomás de las Ollas, Eslonza, Mazote, Bamba, etc) es fundamental que incluya los beatos en esa declaración; y a Magio como renovador de las artes europeas de ese siglo. Tendemos a olvidar los libros, por ser menos turísticos», asegura.

El Beato de Escalada recibe también los nombres de Beato Magio, Beato Morgan (por su actual destino en la Morgan Library de Nueva York) o Beato Thompsoniano, en homenaje al coleccionista que se lo vendió a la Morgan en 1919. El monje leonés no firmó el códice, pero dejó numerosas «pistas» para que se supiera que lo había hecho él. ‘Coló’ su nombre en un acróstico del manuscrito.

Su discípulo Emeterius le denomina «arcipictor» (maestro de pintores) La fecha también sigue siendo motivo de polémica. El autor la indica con una fórmula cabalística: «Duo gemina/ ter ternacentiese (et) ter dena bina era». El experto John Williams se aferra al estilo de dos letras capitales carolingias que no aparecen en España hasta el año 945.

Por ello estima que el Beato de Escalada ha de ser de esa época. Otros autores lo fechan en el año 926. En el códice aparecen las siglas CSR (Canonicus Sancti Rufi) que figuran también en el monasterio de San Miguel de Escalada, por haber sido filial de Saint-Rufe de Avignon, cuyos monjes solo estuvieron en este cenobio, lo que reafirma la tesis de que el Beato se hiciera en Escalada.

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