Raphael vivió su gran noche en León

v. v. / m. r. | león

La ‘h’, tratándose de Raphael, nunca es muda. También añadió la misma letra al concierto Simphónico de anoche, arropado por la Orquesta de Castilla y León. El público que llenaba el Palacio de Deportes, que accedió ordenadamente por cinco accesos al pabellón, aplaudió desde el primer segundo al cantante de Linares, al que hizo los coros en todos los temas de su conocido repertorio. Y es que Raphael, a punto de cumplir 73 años, sigue teniendo su aquel. Vino al Auditorio, en un concierto tan íntimo como los mil espectadores que caben en esa sala, y ayer regresaba, cuatro años después, con su voz poderosa y la misma teatralidad que le ha ganado cientos de imitadores. Vestido completamente de negro, color que ha convertido en su uniforme, Raphael arrancó el recital con el apropiado tema Ahora. Tras entonar Enamorado de la vida, el artista hizo levantarse a los integrantes de la orquesta, a los que también imitó el público. Con Mi gran noche desató la euforia entre sus seguidores —predominantemente de mediana edad y pelo cano—. «Hace mucho que no estaba en León», dijo el cantante, que lanzó una promesa: «A partir de ahora espero volver todos los años».