Diario de León

Las Edades reúne en la peregrina y San Tirso 49 obras

Sahagún llena de ‘Lux’ el Camino de Santiago

Las Edades virginales. Sahagún alza el telón de Las Edades del Hombre. Una 25 edición en la que defenderá, durante seis meses, las 49 obras de arte repartidas entre La Peregrina y San Tirso, frente a la alargada sombra de la Catedral de Burgos, que ha hecho acopio de piezas de gran parte de las catedrales del país. ‘Lux’ ha concebido un discurso en torno a la virgen que une a Sahagún con Carrión, a tan solo 40 kilómetros. Las dos sedes harán valer otros atractivos —la ruta de los retablos platerescos, en el caso de la leonesa— para no ser ‘devoradas’ por Burgos.

Máximo Gómez Rascón ante una de las obras; ‘Dolorosa’, de Alonso Cano, ‘Soledad’, anónimo del XVII y ‘Amargura’, de Juan Antonio de la Peña; y ‘Piedad’, de Coomonte. MARCIANO PÉREZ

Máximo Gómez Rascón ante una de las obras; ‘Dolorosa’, de Alonso Cano, ‘Soledad’, anónimo del XVII y ‘Amargura’, de Juan Antonio de la Peña; y ‘Piedad’, de Coomonte. MARCIANO PÉREZ

León

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Cuando el periodista Francisco Umbral visitó la primera edición de Las Edades del Hombre salió diciendo que chorreaba sangre. La cita la recordó Máximo Gómez Rascón, delegado de Patrimonio de la diócesis de León y comisario local de Las Edades de Sahagún, horas antes de que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, inaugurase oficialmente Lux en la localidad leonesa, donde también abunda la sangre y la sobriedad de los mejores maestros leoneses y castellanos de los siglos XV y XVI.

La 25 edición de Las Edades es un canto a la virgen y un recorrido por el mudéjar (Sahagún), el románico (Carrión de los Condes) y el gótico (Burgos), en un itinerario de 120 kilómetros por el Camino de Santiago Francés.

David contra Goliat

Por mucho que el consejero de Cultura, Javier Ortega, haya vendido que las tres sedes «tienen la misma importancia», que el rey Felipe VI y el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, visitaran ayer solo la catedral de Burgos es el primer agravio. Aunque las tres sedes están en el Camino de Santiago, en una edición que coincide con Año Jubilar, Burgos añade el octavo centenario de su catedral (Patrimonio de la Humanidad) y, para conmemorarlo, ha pedido piezas a buena parte de las catedrales de España. Frente a esta ‘desproporción de fuerzas’, Carrión y Sahagún pretenden hacer valer otros encantos. Sahagún, por ejemplo, promociona no solo su villa y las sedes de La Peregrina y San Tirso, en las que se desarrolla la exposición de Las Edades, sino la cercana Grajal de Campos, el monasterio de San Pedro de las Dueñas y la ruta de los retablos platerescos del este de León.

Las cuatro sedes de Sahagún y Carrión se pueden visitar en 90 minutos, sin contar los 40 kilómetros que las separan. Los dos iconos del arte mudéjar, dos templos desprovistos de culto religioso desde hace años, se reparten 49 obras de arte sacro, divididas en dos capítulos de la historia de la virgen: Mater Misericordiae y Salve, Regina.

La muestra reúne esculturas, pinturas, relieves y piezas de orfebrería como una espectacular custodia de Enrique de Arce, procedentes en su mayor parte de templos de Castilla y León, algunas firmadas por artistas europeos que encontraron refugio en España huyendo de la peste que asoló centroeuropa en el siglo XV.

Rascón muestra a Mañueco el ‘Ecce Homo’ de Pedro de Mena (1680). MARCIANO PÉREZ

Hay obras de ‘El divino’ Morales, Alonso Cano, Berruguete, Juan de Juni, el maestro de Becerril, Pietro Sorri, Jacob van Cothem, Pedro de Mena o del llamado Maestro de las once mil vírgenes —aunque Rascón apunta que habían sido trece vírgenes, pero la leyenda acrecentó el número—, del que también puede verse la Imposición de la casulla a San Ildefonso, procedente de la iglesia de San Martín de Segovia; La Coronación de la Virgen, de Pieter Coecke, cedida por la Fundación Sierra-Pambley; o el calvario de Juan de Valmaseda, prestada por la Catedral de León y una de las obras maestras que alberga La Peregrina en la espectacular capilla de Diego de Sandoval, en cuyas paredes se preservan varios paños de yesería califal.

Arte contemporáneo

Obras que contrastan con las de artistas contemporáneos como Juan Carlos Savater, el zamorano Coomonte —autor del célebre Rebeco del Mirador del Tombo—; el Cristo Victorioso, del misionero Antonio Oteiza, hermano del reconocido escultor Jorge Oteiza; un modernísimo Calvario, de 2018, de Julio López; y un retrato de 2020 de Juan Pablo II ataviado con capa de peregrino, pintado por Jorge Abbad, procedente de la iglesia de Santa María de Caná de Pozuelo de Alarcón. Rascón confesó que a él le conmueve más la Piedad de 1956 esculpida por Coomonte que otras obras del siglo XV que hay en Lux.

La exposición, abierta hasta finales de diciembre, acoge la espectacular tabla del Juicio Final, del siglo XV y autor desconocido, que Rascón rescató hace muchos años de la casa parroquial de Valderas, donde estaba ‘abandonada’ y que actualmente es una de las joyas del Museo de la Catedral de León.

«Sahagún es parada obligatoria del Camino de Santiago, un lugar en el que hay múltiples ermitas dedicadas a la virgen María, que en esta edición le da sentido a la exposición», explicó José Enrique Martín Lozano, secretario técnico de la Fundación Las Edades del Hombre. Una invitación al peregrinaje geográfico, espiritual y cultural a través de Lux, cuyo emblema bien podría haber sido la Virgen Peregrina, de La Roldana (siglos XVII), una de las 26 piezas que alberga el santuario.

El recorrido que propone Sahagún «está centrado en el último capítulo del Concilio Vaticano II, donde se trataron tres temas fundamentales del papel de la Virgen María en la redención: como madre de Cristo, de la iglesia y de los hombres», según Gómez Rascón. Son pocas obras, 49, pero elegidas para que no se repita el discurso. « Piezas muy singulares y significativas que lo aportan todo y hay una representación de todos los estilos», según el director del Museo de la Catedral de León.

Las obras reunidas en La Peregrina corresponden a los misterios dolorosos del rosario, que se cierran, precisamente, con un ‘falso’ Salzillo, titulado Misterios dolorosos, atribuido ahora a Francesco Galleano, cedido por la diócesis de Cádiz-Ceuta y restaurado por la Fundación Las Edades para esta exposición. San Tirso agrupa los misterios gozosos; 23 obras en total, que abre un lienzo de Alonso Cano y concluye con Anunciación, el cantoral-misal número 54, anónimo del siglo XVI, perteneciente a la Catedral de León, en una estancia en la que se halla un sepulcro gótico originario del monasterio de Trianos y que posteriormente acabó en el cementerio de Sahagún. Un sarcófago del siglo XIII sobre el que hay muchas hipótesis de a quién alberga en su interior.

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