Samuel Rubio desaprueba al organista de la Catedral y dimite

Veinticuatro horas después del nombramiento del nuevo organista titular de la Catedral de León, el granadino Francisco Javier Jiménez Martínez, de 33 años, Samuel Rubio decidía dimitir como director del Festival Internacional de Órgano (Fiocle).

La renuncia, con la que pone fin a 43 años «al servicio de la música en la Catedral», obedece a que su sucesor no le parece un buen candidato ni está de acuerdo en la forma en la que ha sido designado. Además, lamenta no haber sido incluido dentro del grupo asesor para evaluar a los candidatos a la plaza de organista. En un extenso comunicado, Rubio, que se jubiló hace un año como organista titular, se siente dolido con el Cabildo porque «no haya tenido en cuenta no solo mi recomendación, sino también la propuesta que en el mismo sentido el propio obispo apoyó».

El hasta ahora director del Fiocle era partidario del nombramiento del organista residente de la Catedral, el italiano Giampaolo di Rosa, «intérprete de reconocido prestigio internacional y capaz de continuar desarrollando un proyecto litúrgico y cultural acorde con la dignidad del templo y del propio órgano; de esta manera nos equipararíamos por fin a las grandes sedes europeas, como Westminster, Colonia o Notre Dame».

Pero el primero de los requisitos para optar a la plaza era ser presbítero, condición que sí cumple Jiménez Martínez y no Di Rosa. «Me duele cuando pienso que el Cabildo —no todos sus miembros—, no haya considerado la posibilidad de aglutinar culto y cultura en un músico de rango internacional, que, aunque sea seglar, dé prestigio y de manera excelsa a nuestra Catedral en sus giras internacionales», dice Rubio.

El ya exdirector del Festival de Órgano asegura que el Cabildo llevó a cabo un proceso de selección en el que no se le tuvo en cuenta, ni formó parte del comité asesor.

Finalmente, Rubio considera que su sucesor «con todos mis respetos, es un candidato que no considero en absoluto adecuado para la responsabilidad que corresponde al organista titular de la Catedral de León».

La versión del Cabildo difiere de la de Rubio. Primo Panera, deán de la Catedral de León, subraya la condición de canónigo para presentarse al concurso de méritos —que no oposición— para la plaza de organista titular de la seo leonesa. En segundo lugar, afirma que el Cabildo no formó parte de la comisión de expertos encargada de valorar al mejor candidato. Se trató de un ‘tribunal’ formado por catedráticos y organistas, quienes acordaron dejar la plaza desierta.

Finalmente, e obispo, oído el Cabildo —cuya decisión no es vinculante— es quien ha designado a Jiménez Martínez, presbítero de la diócesis de Guadix, que tiene estudios Superiores de Música, en la especialidad de órgano, por el Conservatorio Superior de Música de Valencia (2016-2020). En la actualidad completa su formación con el doctorado en Teología Sistemática en la Facultad de Teología de Granada (Institución Universitaria de la Compañía de Jesús) con una sobre El lenguaje simbólico-musical en la obra de Johann Sebastian Bach como expresión estético-teológica de la Cruz y la Trinidad.

«Me duele cuando pienso que, teniendo una catedral sublime, un órgano referente en Europa y un largo recorrido cultural reconocido internacionalmente, podamos quedar fuera del concurso europeo, marcado ya por prestigiosas catedrales del continente», afirma Rubio, que teme «que todo el trabajo ya hecho puede desmoronarse, dado el poco interés que se aprecia por continuarlo».