Saturnino García: «Me ponía las sayas y sabía que era Rosario»

A Saturnino García le sorprende que llame la atención su papel de anciana de armas tomar. El veterano actor leonés es Rosario, la cabecilla de los vecinos de un pueblo de la España vacía. Él es el único actor profesional de Tierra de nuestras madres, ópera prima como directora de la actriz Liz Lobato. «Me ponía las sayas y sabía que era Rosario», dice. Recuerda que en cine y en teatro muchos actores han interpretado papeles femeninos y a la inversa. Es el caso —apunta— de Ana Mariscal, que hizo de Don Juan Tenorio, o de actores que han sido Bernarda Alba (no cita directamente a Eusebio Poncela). «Hay papeles masculinos que son más difíciles. Cuando lees el guion te olvidas de que es una mujer. El guion te guía y también la directora. No hay ningún misterio», afirma. Pero es consciente de que Rosario le abrirá el espectro a otros personajes. «No me extrañaría que me vengan con otra señora», ironiza. Confiesa que desde niño ha visto «muchas Rosarios». «Es todo un personaje. Para un actor, lo más importante es apropiarse del personaje».

El Festival de Málaga le ha otorgado recientemente el Premio al Mejor Actor por su papel en Tierra de nuestras madres , que llegará a las pantallas, previsiblemente, este verano. «Los premios», admite, «siempre vienen bien. Aunque a los jóvenes, quizá, les resulte más estimulante el castigo, para sobreponerse y luchar. Pero a los viejos, lógicamente, mejor los premios».

Rosario es una señora mayor que vive con Ofelio, su hijo con discapacidad, además de su borrico y su cabra, y que se gana la vida vendiendo sal de higuera a los viejos, que conocen sus usos milenarios y a los no tan viejos, mezclándola con tranquilizantes de farmacia y más ingredientes. El pueblo manchego donde viven está arruinado por la ludopatía de sus habitantes y sus gobernantes, que deciden venderlo. Todos se resignan a la venta forzada, pero la casa y la laguna de Rosario están en medio del municipio.

Saturnino García nació hace 88 años en Bariones de la Vega, una pedanía de Cimanes de la Vega de tan solo 180 habitantes actualmente, a diferencia de los 15.000 de Villacañas, el pueblo manchego de la directora Liz Lobato, donde el actor leonés pasó tres años rodando la película. «Se grabó con mucha calma y con personal del pueblo para salvar los pocos medios», asegura.

García, que recibió el Goya al Mejor Actor Revelación a los 60 años por el inolvidable Justino, un asesino de la tercera edad, tiene también pendiente de estreno Alimañas, una comedia negra para todos los públicos protagonizada por dos hermanos muy diferentes, Carlos y Paco, interpretados por Carlos Areces y Jordi Sánchez, que dirige también la película, su ópera prima. Los hermanos ambicionan heredar un edificio propiedad de su anciana madre, para mejorar su precaria situación económica. Saturnino García figura en el elenco junto a Loles León, Silvia Abril, Carmina Barrios y Antonio Resines.

«Nunca he estado más activo. Me tendrán que parar a la fuerza», asegura.