Diario de León

El teatro leonés más ‘Salvaje’

De nueva creación, la compañía de Juan Lorencio, Cristina Sánchez, Paco Puertas y Mari Cruz Cuevas ponen sobre las tablas su primera gran producción adaptando a Yasmina Reza

Cartel de Javier Largen. DL

Cartel de Javier Largen. DL

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León

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Si el teatro tiene más obligaciones que el resto de las artes, puesto que se le exige calidad, diversión, compromiso y que al salir de la sala el espectador se vea obligado a pensar, poner en marcha una compañía es un reto a superar desde el inicio. Y así llega ¡Teatro, Teatro!, la compañía de Juan Lorencio, Cristina Sánchez, Paco Puertas y Mari Cruz Cuevas, que irrumpen en la escena teatral leonesa con Salvaje , ni más ni menos que una adaptación libre de Un dios salvaje , de Yasmina Reza.

Presentan este espectáculo como una comedia con un humor inteligente, ácido y mordaz, con una puesta en escena vanguardista; divertida y cruel a partes iguales. Eso dicen, por lo que cumplirían la misión que a veces como sobreesfuerzo se encomienda al espectáculo teatral. Pero en su caso, la potencia de lo que proponen sí parece aspirar a remover las tripas del espectador que acuda a verlos. Ya han pasado por el San Francisco y por las tablas del Recreo.

Este Salvaje , que en el caso de la versión original de Reza fue llevada al cine por Roman Polanski, parte del encuentro de un matrimonio que se reúne en casa de otro para hablar amistosamente acerca del altercado violento ocurrido a la salida del colegio entre los hijos de estas dos parejas, y en el que uno de ellos ha golpeado a otro con un palo y le ha roto dos dientes.

Lo que comienza con un encuentro sereno y civilizado entre progenitores dialogantes irá derivando en una verdadera batalla campal.

Según explican los responsables de la obra, que está dirigida por Roberto González Cañón, «esta adaptación pone barreras que permiten que la relación entre los cuatro personajes que la protagonizan tenga una dimensión geométrica con sus aristas afiladas por un montaje frenético que alza la voz a medida que aumenta la crispación. ¿Por qué los invitados no pueden marcharse de las cuatro paredes? ¿Estamos ante una sátira con una dosis de frivolidad y otra de mala uva que podría ser vista como una versión contemporánea de El Ángel Exterminador de Luis Buñuel», aseguran.

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