Diario de León

Espectáculos

El teatro que mana en las bodegas del sur

Hay teatro en la Bodega Casa Varela de Valderas. Y en La Vita en Gordoncillo. Es una plaga de cultura que tiene nombre de sueño que une: ‘Bajo tierra. Teatro de lo mínimo’. Los días 21, 22 y 23, la escena toca las entrañas de los pueblos.

Urbano Seco, Pablo López Presa, la actriz participante en la performance, Óscar Fernández, Javier Cambero y Joaquín Lobato, ayer en la Diputación. FERNANDO OTERO

Urbano Seco, Pablo López Presa, la actriz participante en la performance, Óscar Fernández, Javier Cambero y Joaquín Lobato, ayer en la Diputación. FERNANDO OTERO

León

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Bajo tierra. Teatro de lo mínimo . Con este epígrafe nace un proyecto que une incluso lo cercano, que es lo que por naturaleza siempre tiende a intentar no estarlo. Incluso Valderas y Gordoncillo, municipios condenados a entenderse, porque están pegados. Como los vecinos. Así, las dos localidades del sur de León son desde este momento sede de un ciclo único en el que la escena se traslada a las bodegas, al estilo y formato del microteatro. Esto es, funciones cortas (quince o veinte minutos) para un selecto y reducido público (diez o quince espectadores).

Los días 21, 22 y 23 de este mes tendrá lugar en seis bodegas (cinco de Valderas y una de Gordoncillo) esta idea que en la comarca encuentra todo un filón, puesto que si algo hay en ella es toda una arquitectura casi subterránea que dio forma a las bodegas de antaño y que aunque no a la vista han formado parte de la idiosincrasia de este singular territorio en el que el vino tiende al infinito, sea en la forma popular de siempre o en la ahora industrializada con la DO León a la cabeza, como seña y emblema de producción y desarrollo.

Ayer, en el Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación, Pablo López Presa, diputado de Cultura, presentó el programa junto al resto de impulsores: Urbano Seco, alcalde de Gordoncillo; Agustín Lobato, alcalde de Valderas; Javier Cambero, director del evento, y Óscar Fernández, en representación de Caja Rural y su fundación, como patrocinadores.

Agustín Lobato recurrió a lo simbólico para mostrar lo adecuado de esta idea, puesto que aseguró que «las cosas importantes crecen desde abajo», dijo, además de remarcar la vinculación de todo un territorio a estas construcciones bajo tierra que desde siglos tuvieron un papel fundamental en la socioeconomía como fuente de desarrollo y supervivencia. «Las bodegas eran el soporte del desarrollo», añadió, en el sentido casi multifuncional que ejercieron hasta casi hace cuatro décadas, cuando ocurre que entran en decadencia y abandono.

Para Urbano Seco que exista Bajo tierra. Teatro de lo mínimo permite igualmente una reivindicación, puesto que «una bodega permite resaltar toda la historia de nuestra tierra, de Sahagún a Benavente», señaló como manera de poner el acento influyente que traspasa fronteras administrativas.

Javier Cambero, por su parte, quiso adelantar que se mantendrán de manera exigente todas las medidas de seguridad. «La cultura no contamina», aseveró. Y de hecho, el propio programa de las obras que se podrán ver sí demuestra ser garantía de encuentro con una de las artes más antiguas de la humanidad, como es el teatro que cuenta historias particulares que son universales.

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