Tienen mariposas en los libros

Alarma. En lugar de en la cabeza, tienen mariposas en los libros. O las que tienen en el tópico, o sea en la testa, las utilizan para crear. Tienen mariposas que vuelan en verso, de las que hacen mirar al cielo de las ilusiones o, dentro del estómago, hacen pensar. Da miedo hablar de Marina Díez, editora revolucionaria en León, y contribuir a que la enseñanza pierda a una maestra. Pero ahí está Mariposa Ediciones, la grata sensación cultural del momento. Que no deja de hacer ruido. Pero ruido celestial.

Hace unos días se celebró algo así como el evento Coronio. Coronio, en honor al valle del Curueño, donde se realizó el fallo y la entrega de premios del certamen poético con el mismo nombre, un concurso a nivel nacional y en el que en su primera convocatoria participaron más de 170 poemarios, de los cuales 111 cumplían las bases para optar a ser finalistas. Ganó José Carlos Martínez con su libro Extinción , y hubo lugar a un accésit: Diana Aradas, con Ocupar la luz .

Detrás de este ejemplo, y de todo este movimiento, está Mariposa Ediciones, con sus dos caras responsables y visibles, como son Marina Díez, como editora, y David Álvarez, como gerente de Mariposa Ediciones.

Hasta aquí todo podría parecer una iniciativa a sumar (nadie resta nunca) de las que surgen en la provincia León en torno al mundo editorial. Pero hay un discurso que maneja Marina Díez que ha hecho que en un año, desde que se constituyó en términos legales la editorial, todo lo que mueven resulta que cuaja. Y tal vez se debe a que manejan como nadie los tiempos de la comunicación además de un don de gentes y una pasión cultural que no se aprende en los cursillos avanzados.

«Ahora, no tanto, pero hace poco tiempo cuando llegábamos a algún sitio notábamos que nos veían como los jóvenes aficionados a los libros», viene a decir Díez, al respecto de la inevitable integración que también han de ejercer en el amplio sector existente en León. Pero, como la juventud no impide la capacidad de sintetizar, rápidamente la también maestra en educación especial, va a lo concreto: «Cuanto mejor nos vaya a todas las editoriales de León, el beneficio será para todos», sentencia.

Sobre cual fue la motivación para que gente que participaba en el mundo de la escritura, las editoriales, la edición y autoedición, decidiera dar el paso de coger ellos el timón, según Díez hay un par de ideas clave: «Me di cuenta de que fallaba algo en León. Hay escritores de aquí, consagrados, pero que fuera no son ni conocidos», explica, en relación a la tarea siempre difícil de traspasar las fronteras provinciales.

Luego también tenían una especie de mandamientos que pertenecían casi a sus creencias más profundas: «Queríamos tener una línea editorial basada en la calidad», dice, y aunque parezca algo básico, se refiere a un cóctel tan perfecto como añorable, porque pretende que la calidad se manifieste tanto en el contenido de los libros que publican como en el propio objeto. Así, el libro en formato papel, el de siempre, podría ser uno de los primeros artículos de esa línea editorial.

«Apostamos por la calidad y los libros eternos», sostiene Díez. Y dicho por ella solo cabe resumir que los autores jóvenes tienen una plataforma formidable. Que crean trabajo para leoneses. Que quieren producir libros que vuelen mucho más lejos de León.