Diario de León

La tinerfeña Elena Bethencourt Rodríguez gana el Premio de Poesía Infantil Charo González

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Ayer se reunió el jurado calificador del XIII Premio de Poesía Infantil Charo González de la Fundación Conrado Blanco dotado con dos mil euros. El jurado estuvo compuesto por Esther Ruvira de la Fuente, escritora, en calidad de secretaria del presente Premio, con voz y voto; José Javier Alfaro Calvo, ganador del XII Premio Charo González edición 2019; José González Torices, escritor y poeta, ganador del I Premio Charo González; Miguel Ángel González García, escritor y Patrono de la Fundación Conrado Blanco y Luisa Arias, patrona y secretaria de la Fundación Conrado Blanco, quienes decidieron que de todos los textos recibidos el correspondiente a la tinerfeña Elena Bethencourt Rodríguez fuera el ganador de esta edición. 

La secretaria del premio, Esther Ruvira, había seleccionado 11 poemas de un total de 98 recibidos. La fundación envía estos poemas seleccionados a los diferentes miembros del jurado dos semanas previas al fallo para ser estudiados y poder decidir ganador en el momento del fallo.

Reunidos tres componentes del jurado de forma presencial y dos por videoconferencia, que no viajaron debido a la situación por el Covid-19, deliberan y emiten sucesivas votaciones para finalmente resultar ganador por unanimidad el poema titulado 'Mar'. Una vez abierta la plica, resultó ser su autora Elena Bethencourt Rodríguez que se llevará los dos mil euros con que está dotado el premio y que este año, debido a la pandemia, no tendrá un acto para la entrega presencial.

En opinión de los componentes del jurado se valoró 'Mar' por ser un poema breve, conciso, de gran belleza de imágenes y palabras en su sencillez, original y poético, con contenido para tomar lección y crecer en el respeto por la identidad de las personas. Poesía cargada de lírica, con abundantes metáforas referidas a la indumentaria marina.

Llamó la atención su ritmo, musicalidad y doble sentido de las palabras a través de un lenguaje atractivo e instructivo para la etapa infantil. Formalmente es un romance clásico que se abre con el verso 'Alberto quiere ser mar'. Ese 'Mar', nombre epiceno, que puede ser tanto masculino como femenino, referido a Alberto, encierra una clara intención coeducativa rompiendo los viejos tabús de género.

Texto muy propio para ser leído, recitado y representado, según el jurado, que expone una historia muy actual y atractiva, texto que emociona y podría utilizarse como recurso educativo para ejercitar la memoria.

En definitiva, un poema modelo de literatura de altura y que con tanta seriedad y sencillez presenta la galardonada Elena Bethencourt Rodríguez.

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Redacción

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