Torices dispara su mejor flecha literaria

Dar en el blanco, esa es la cuestión. Con tinta negra en el papel o con una flecha en el centro de la diana, en este caso. Alberto R. Torices, un leonés que nació en Guernica en 1972, llega ahora con Como un perro en la tumba de un cruzado (Trea), gran esperanza de la literatura leonesa, que él dispara desde Valdefresno. Es la novela del éxito que vendrá, aunque prefiere esperar. Y desde su retiro, es un captador de afectos mutuos que lo convierte en una de las claves por las que suena lo que se escribe en cualquier rincón de la provincia.  

A él, que se muestra no llamado a ser personaje, las condiciones le traicionan en positivo: porque fue activista cutural, es diseñador, hacedor de libros, y arquero.  

Leteo, ese invento de subversión intelectual, fue su escuela de valor, en donde calculó muchas cosas: «Para mi fue una gran etapa de mi vida en lo personal, lo sentimental y lo profesional. Todo era amateur, pero allí aprendí lo que ahora es mi trabajo. Casi diez años muy bonitos, enriquecedores, pero muy agotadores», explica.  

Tras esa década prodigiosa que vivió en Leteo, y mucha actividad literaria, Torices descubrió que necesitaba parar: «Fue un momento de turbulencias, que no tenían que ver con el dinero. Era más el análisis de si la deriva que llevaba tenía algo que ver con lo que yo esperaba de las cosas», dice. «Tiré del freno de mano porque no quería seguir sólo por inercia», añade.  

Tras estas peripecias ahora es el momento de comprobar si el pulso literario, el lenguaje propio, se ha intensificado en esos años de vida en Valdefresno, en donde también ejerce de padre de familia y consigue tiempo para otras aficiones que le seducen tanto como las que pertenecen por obligación al ámbito público.  

Y aquí parece que ve una señal que indica prudencia: «Esta novela es un paso más, y no creo que sea la de cierta explosión literaria en mi carrera. Mi sensación actual es la de incertidumbre. Abordo temas complejos. No digo que tenga la tensión intelectual de un Ulises , porque creo que sí es fácil de leer, de atraer al lector, pero trato de escribir sobre aspectos complicados, la maldad, la perversión de los comportamientos», desvela.  

Torices firma libros. Como este. Aunque hay que recordar otros como Trata de olvidarlas , también editado en Trea, o el ya lejano y premiado Piel todavía muy blanca . Pero he aquí también alguien a quien hay que presentar como creador y diseñador de libros. Son esos en los que no se juega el pellejo de la firma de lo que se va a leer, pero en los que sí es fundamental su labor, porque los libros antes de ser leídos se ven y se miran.  

En este Como un perro en la tumba de un cruzado , que se presentará hoy a las 20.15 horas en la librería Artemis, con la participación de Álvaro Acebes Arias, la firma de Alberto R. Torices solo representa lo escrito, lo contado. Pero le echa un ojo: «Si estás en manos de un editor de autores, como es el caso de Álvaro Díaz, tienes confianza. Y tengo que reconocer que ha apostado fuerte por el libro», indica.  

Mientras, «me siento parte de la cultura leonesa», advierte, la vida de Torices discurrirá lejos del ruido, en el retiro activo de Valdefresno. Con un hobby inaplazable: disparar con arco.