Los vicus vivían de «entretener» a la guarnición

Sin planeamiento oficial, los vicus carecían de edificios públicos y administrativos y no tenían un estaus legal específico. Su desarrollo se encaminaba de manera directa a aprovecharse de las tropas romanas, que tenían pocas o ninguna manera de distracción cuando no estaban de servicio. Como la mayoría de las ciudades que había junto a los campamentos, proveían de entretenimiento y bienes a la guarnición y muchas de ellas desarrollaron industrias de significativa importancia, sobre todo del metal y el cristal. Los vicus tempranos no tenían administración civil y estaban bajo el control directo del tribuno romano. A aquellos que consiguieron atraer un número significativo de ciudadanos romanos se les permitió crear concilios locales y algunos, como el vicus de Eboracum (York), se convirtieron en capitales provinciales.