Vuelve la fuente poética del leonés Eduardo Martínez

Fons Vitae. Poemario de las fuentes (Ediciones Vitruvio) es lo nuevo de Eduardo Martínez y Hernández. Hoy, a las 19.30 horas, cita a lectores y paisanos en Office Madrid (Doctor Castelo, 44) para darlo a conocer. Aunque también, seguro, para dejar claro que hay material poético nuevo, sí, pero se mantiene su continuidad intelectual y su amor por León. En su caso, por si alguno aún no detecta su origen, lo explica él mismo: «En Italia soy el escritor y el catedrático de Derecho, aunque yo ya prefiero decir que soy profesor. Y en León soy Eduardo, de la saga Ceremonias, como pusísteis en el periódico una vez», relata con un envidiable tono de amabilidad. Y es que, entre Mijas, ahora, Madrid, Italia y Noruega, su corazón sigue latiendo en leonés.

Su nuevo libro también atiende a dos constantes que no negocia: el prólogo lo hace su mujer, Margrethe Johannessen, y el epílogo, su sobrina Ana María Valcarce.

Como catedrático de Derecho Constitucional tiene el don de la palabra que suma al poético de horas delante del folio. Y a su memoria, que en su caso tiene mucho de ese chalet de Padre Isla, ahora biblioteca municipal, pero que fue su lugar de residencia en León y conocido como casa Ceremonias.

Y así, si en ocasiones la literatura es memoria, por los versos de Fons Vitae hay ese León de recuerdo presente y de la fuerza para vivir.

Aladas cenizas: leyenda del Ave Fénix es otro de sus libros. Victoriano Crémer lo reivindicó como poeta destacado para este León. Y eso son palabras mayores. Da la sensación de que ahora, a estas alturas del partido, no quiere ser profeta sino poeta en su tierra. Como esa Fénix. Aunque hoy toca Madrid: En el Edén la Fénix,/el Ave de la vida,/renace en el misterio/de sus propias cenizas./Su símbolo es Fontana/de inspiración fecunda,/hontanar del espíritu/l incesante flujo/de la abstracción del numen/cual agua transparente/inspirando la mente/ de inmaterial espuma… Y su poesía se manifiesta así como una fuente inagotable de lirismo.