Zanón resucita a Pepe Carvalho

El escritor catalán Carlos Zanón ha logrado salir vivo del desafío literario que le supuso configurar un nuevo personaje de Pepe Carvalho, el escéptico y cínico detective creado por el también autor catalán, el desaparecido y añorado Manuel Vázquez Montalbán.

«He sobrevivido a Carvalho», dijo ayer Zanón en la Semana Negra de Gijón, donde ha presentado el libro que escribió sobre el personaje que le pidió la Editorial Planeta al cumplirse el 16º aniversario de la muerte de Vázquez Montalbán, quien hizo célebre a este personaje de ficción.

En una rueda de prensa, el autor aseguró que en un principio rechazó la idea de escribir una nueva versión del detective que inmortalizó la pluma de Manuel Vázquez Montalbán, un escritor considerado por la crítica como «el padre de la novela negra española».

Zanón admitió que en un primer momento pensó que el encargo le «quedaba grande», pero luego aceptó el desafío a pesar de que todo el mundo le decía que era «un suicidio literario», explicó.

Carvalho, problemas de identidad es el título del libro en el que Zanón presenta un nuevo detective, adaptado a los tiempos actuales y acaso más cosmopolita que el original.

El Carvalho de Zanón es algo menos cínico que el de Vázquez Montalbán, frecuenta otros lugares, sale de las fronteras de Barcelona y tiene gustos gastronómicos más refinados.

«Quise construir un Carvalho que fuese mío y a su vez de su creador y por eso el nuevo detective no sólo trabaja en Barcelona sino también en Madrid», ha explicado. Zanón reconoció que la mayor dificultad ha sido «captar la esencia del personaje sin limitar el estilo del escritor» y a la vez que los lectores no creyeran que era una mala copia del original.

El personaje «era como una estrella de la muerte, pero salí vivo», aunque es poco probable que continúe en una saga porque «no hay que tentar a la suerte», reveló.

El escritor también dijo que para configurar este personaje leyó todas las novelas policiales de Vázquez Montalbán para imbuirse de su pensamiento, su conducta y su sentido del humor.

Zanón ha considerado «un acierto» haber escrito esta obra en primera persona, porque esto le da la pauta a los lectores de que es «una cosa distinta» con otro enfoque.