Diario de León

Balomano

El Ademar hace los deberes en Europa

Los de Cadenas empatan en Skopje y se aseguran la segunda plaza de grupo. La vuelta de los octavos de final frente al Kristianstad será en el Palacio

León

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Bien está lo que bien acaba. Y el Abanca Ademar puede estar satisfecho de haber completado sus deberes en Europa con solvencia. Y una nota más que satisfactoria tras poner punto y final a la fase de grupos con una meritoria segunda posición sólo superado por el todopoderoso Wisla Plock al que también se llegó a ganar en el Palacio.

Ayer tocaba poner el punto y final a un maratón de kilómetros que han llevado a los de Cadenas desde León a Rusia y posteriormente a Macedonia. En la primera parada frente al Medvedi se lograba el triunfo allanando el segundo puesto que ayer certificaban los leoneses con en el empate en Skopje frente al Metalurg (27-27) en un partido que se comenzó a remolque y que tras una solvente segunda parte se logró remontar para incluso alcanzar una renta de dos goles a falta de poco más de un minuto (25-27) que quedaba diluida a las tablas finales. Mejor hubiera sido llevarse el triunfo en el equipaje pero las tablas bastaron para certificar el salvoconducto con la segunda mejor de las tarjetas a los octavos de final donde espera el Kristianstad sueco. Y con el premio de poder disputar la vuelta en el Palacio de Deportes.

Y todo tras un pulso en el que los locales no se jugaban nada pero querían amargar la tarde a los de Cadenas. Su salida a la pista, ayer con las gradas vacías de público a diferencia de lo que tres días antes había sucedido en Rusia, fue más consistente que la de un Abanca Ademar que veía como el marcador se iba a un 5-2 en contra tras varios errores encadenados en ataque y la imposibilidad en defensa de parar a un rival que en apenas diez minutos ya ponía tierra de por medio. Semedo, Donlin y Feutchmann se encargaron de reconducir de manera momentánea la situación con un parcial de 0-3 que situaba las cosas en 5-5. Tras un intercambio de acciones ofensivas y el empate a ocho los macedonios lograban recuperar los tres goles de margen con el 12-9. Las idas y venidas en el juego no favorecían a los leoneses que no obstante lograron aguantar el chaparrón para irse al descanso con una desventaja precisamente de tres tantos. Que pudo ser mayor si en el último suspiro Slavic no hubiera atajado un siete metros a Horvart.

Los locales lograron en el arranque de segunda mitad los cuatro goles de margen, pero llegó la reacción leonesa con la irrupción de Slavic, aunque tardara en culminarla a pesar del acierto del internacional Jaime Fernández, abanderando el ataque. Más consistente en defensa y minimizando los errores en ataque y especialmente en algunos pases, los de Cadenas lograban mantenerse a vista de rival. Un gol, a lo sumo dos abajo pero pronto reducidos pasaban a mostrar un encuentro nuevo. Y eso que los leoneses tenían que lidiar con un plantel mermado de efectivos y con el cansancio propio de no poder disfrutar de mayores rotaciones. Con el 24-22 a falta de poco más de nueve minutos para la conclusión el Abanca Ademar aplicaba una marcha más. Robos de balón, fortaleza defensiva y transiciones ahora más eficaces (no obstante algún balón acabó desviado de la portería cuando parecía todo lo contrario) posibilitaron que el electrónico empezara a inclinarse del lado visitante. Un parcial de 0-4 en apenas cuatro minutos variaba por completo el panorama. El Metalurg ya no era tan incisivo ante el marco de un Slavic que se fue creciendo conforme transcurrían los minutos. El Abanca Ademar empezaba a creérselo. Le valía el empate pero para evitar males mayores siguió apretando el acelerador.

Las manos de Gonzalo Pérez, Feutchmann y Jaime Fernández empezaban a calentarse. También la de un Gostovic que a pesar de un par de ataques que acabaron en agua cuando lo tenía todo a favor lograba firmar tres goles para el casillero de los de Manolo Cadenas. Con ese escenario no fue de extrañar que la luz reluciera con toda su fuerza en la pista macedonia.

Pese a lograr un valioso 25-27 en los compases finales, errores de Semedo y Feutchmann permitieron al equipo local salvar un punto -en su segundo empate de la fase de grupo- con un marcador que al Abanca Ademar le valía para cumplir su objetivo y empezar a pensar ya en la Copa del Rey del fin de semana en Madrid.

Pudo ser mejor ya que en un visto y no visto su ventaja de dos goles que incluso pudo ser de tres se iba a diluir.

Pero ya no había tiempo para más. Los leoneses hacían los deberes de una forma solvente. El siguiente reto será el que ofrezca el Kristianstad. Ya en los octavos de final. Y además con la posibilidad de disputar el encuentro de vuelta en el Palacio de Deportes de León. Incluso con público si la situación sanitaria provocada por el covid lo permite.

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