Diario de León

El Ademar oposita con fuerza a Europa

Bomastar, un valladar bajo palos... y hasta anotador. FERNANDO OTERO

Bomastar, un valladar bajo palos... y hasta anotador. FERNANDO OTERO

León

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Nadie dijo que los retos iban a completarse fácil. El Abanca Ademar sabe de ello. Pero también que el billete a Europa aún está en la taquilla y que puede llevar su nombre a final de temporada. Los leoneses lo tienen claro: hasta el final todo es posible. Y ayer, en una nueva final para meterse entre los cinco mejores de la Liga lo dejaron patente. Ni el disponer de pocas sesiones de entrenamiento (la presencia de buena parte de sus internacionales con sus selecciones lo imposibilitó) ni tener enfrente a un rival que no se lo iba a poner fácil como el Torrelaveja impidió a los de Manolo Cadenas salirse con la suya y apuntarse una victoria (37-29) más solvente de lo inicialmente esperado... y además con un desarrollo sobre la pista más que notable.

La racha de seis encuentros sin perder con la que llegaba al envite frente a los cántabros, incluido el último empate en la pista del Granollers, como se demostró ayer no es flor de un día sino de un momento de juego que quedó plasmado desde el primer minuto. Como espectadores los integrantes de la cantera ademarista que desde la grada presenciaron una lección de juego colectivo, de sobresaliente defensa y de destellos de clase de jugadores como Malasinskas, Gonzalo Pérez, Semedo o Santista.

A pesar de que el primer gol caía del lado visitante que al paso por el minuto cinco llevaba el electrónico a un empate a dos. Y del 2-3 en la acción posterior, un parcial de 4-0 para el Abanca Ademar establecía las primeras distancias más o menos destacadas con el 6-3. Ni el tiempo muerto solicitado por el técnico del Torrelavega pareció surtir efecto. Los leoneses se encontraban cómodos en defensa y con Gonzalo Pérez como estilete lograban contener una tímida reacción para volver a tomar aún más rédito con el 10-5 que reflejaba el marcador en el minuto 15.

La batuta de Malasinskas por la que pasaron una parte importante de asistencias tanto a Gonzalo como a Santista y el resto de compañeros y la consistencia de Bomastar bajo palos aderezada incluso con dos goles desde su portería, sirvieron para que el camino de los ademaristas abriera incluso un mayor margen. Hasta los seis coles con el 20-14 que llevaba a los jugadores al intermedio, la mayor renta de una primera parte que ya habían establecido minutos antes con el 14-8, 15-9, 17-11 y 18-12. Y en ese registro nada menos que nueve goles de Gonzalo Pérez.

Faltaban por consumir otros 30 minutos para completar la faena. Un tiempo que podía convertirse en ilusionante o abrir la puerta a los nubarrones. Pasó lo primero con los locales manteniendo su alta intensidad en el juego iniciada en la defensa y continuada en las transiciones hacia el ataque. Los 14 goles con los que habían dejado al descanso al Torrelavega lo decían todo. Y es que en los visitantes la baja del leonés Isidoro Martínez hizo mella. Sus goles faltaron a un plantel que siempre estuvo a dominio de las pulsaciones que marcaba el juego de los de Cadenas.

La segunda parte daba sus primeros pasos como la primera. O lo que es lo mismo, con una acción de Bomastar bajo palos que se prolongaba en la portería rival con el primero de los dos goles que se apuntaba en su estadística. Y continuaba con Gonzalo haciendo de las suyas. O lo que es lo mismo, anotando. Santista se unía a la fiesta para llevar en un visto y no visto el electrónico a los siete goles de margen para los leoneses con el 24-17 con apenas siete minutos de juego consumidos de esta fase. Alejandro Mozas, técnico visitante, pedía de inmediato tiempo porque el encuentro se les iba de las manos. Si no lo había hecho ya. Porque la dinámica de unos y otros era muy distinta. Y eso que algún chispazo de los cántabros evitaba que la sangría fuera mayor. Pero la máquina ademarista estaba ya a pleno rendimiento sumándose más integrantes a la fiesta en forma de goles. Jaime Fernández, Milosavljevic, los hermanos Virbauskas y Boskos. El triunfo estaba ya en el zurrón. A cinco minutos la ventaja era de siete goles con el 32-25 (llegó a ser de nueve en varios lances). Y al final de ocho con el 37-29. Europa está un poco más cerca. E incluso más si el domingo el Abanca Ademar sale airoso de su visita al Atlético Valladolid.

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