El Ademar resucita en Logroño

Increíble y épica, así fue la victoria de ayer del Abanca Ademar de León en Logroño (32-33), en un partido muy raro en el que los de Manolo Cadenas cuajaron una primera mitad nefasta, tanto en ataque como sobre todo en defensa. Sin embargo, cuando parecía que los riojanos lo tenían todo bajo control, acabaron pagando el cansancio de su último encuentro y entregaron el partido ante un Ademar que, eso sí, peleó en la segunda mitad con uñas y dientes para imponerse ya con el crono a cero.

El Logroño necesitaba ganar y durante muchos minutos del primer tiempo dio la sensación de no tener problemas para hacerlo, con un juego brillante y dinámico ante un rival que, entonces, parecía no tener fe en su mismo; pero todo se invirtió en el segundo tiempo, con muchas dudas de los locales y una lección de pundonor del Ademar, que culminó con un gol sobre la bocina que les dio el triunfo. Una victoria que puede ser determinante para los leoneses, en su objetivo de no sufrir en la zona baja, y también, pero para mal, en las aspiraciones europeas del Logroño.

Los de Velasco necesitaban ganar para curar las heridas abiertas esta semana, sobre todo tras caer en Santander hace seis días. Por eso, tras unos minutos de «tanteo» con los leoneses empezó a funcionar al nivel que se espera de él y por unos minutos arrolló a su rival.

Con Casado como líder (8 goles en el primer tiempo), Moreira a gran nivel en el pivote (4 tantos) y una defensa correcta los logroñeses tomaron distancia en el marcador (llegaron al 12-5) ante un rival al que se le veían las costuras por todos los lados, con continuos errores, protestas a los árbitros y nervios en cada jugada.

Pero el BM Logroño no quiso o no supo hacer sangre y el partido revivió. Lo hizo ya antes del descanso, que en vez de llegar con una diferencia escandalosa para los locales se quedó en «solo» 4 goles (18-14) fruto de la falta de tensión.

El Ademar tuvo más fe todavía en el inicio del segundo tiempo, cuando mostró un juego veloz y preciso que no había tenido antes y sorprendió a un Logroño que no esperaba esa reacción.

Así los leoneses se metieron en el partido, en el que se colocaron solo a un gol de diferencia en varias ocasiones, sin que el Logroño pareciera ser capaz de «tapar» sus agujeros.

Un momento decisivo

Tras acercase por última vez, con 31-30, los leoneses robaron un balón al joven Diocou —que debutaba hoy— y empataron; y emergió la figura del portero del Ademar Bomastar, que paró un lanzamiento de Moreira para dar paso a la primera ventaja de su equipo (31-32).

Tras un gol de Cadarso (32-32) se disputaron 30 segundos «locos» en los que el Logroño pudo ganar, de penalti pero Bomastar se lo paró a Cadarso y en el siguiente ataque Milosavljevic disparó sobre la bocina y marcó para que su equipo lo celebrara como si hubiera ganado un título.

Salto en la clasificación

Y no es para menos. Dos puntos capitales que alejan a los de Cadenas de los puestos de peligro. Suben a la undécima posición, un lugar que sigue siendo raro para el equipo leonés —acostumbrado a pelear por los puestos europeos— pero que este año supone todo un respiro.