Diario de León

BALONMANO | LIGA ASOBAL

El Ademar vuelve a mostrar su peor versión

Los leoneses pierden ante Benidorm (28-27) y desaprovechan los pinchazos de sus rivales para acercarse a Europa Las derrotas de Cuenca y Torrelavega mantienen a los de Cadenas a cuatro puntos de la tercera plaza

castro

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León

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De vuelta a la andadas, el Abanca Ademar cosechó su octava derrota de la Liga tras caer en Benidorm 28-27 después de un partido irregular de los leoneses donde solo su capitán mantuvo el pulso, aunque se fue disipando en los minutos finales fruto del cansancio. La buena defensa de Benidorm terminó por decantar un duelo con demasiados errores ofensivos de los de Cadenas y sin que la mayor parte de sus jugadores ofrezcan un mínimo de continuidad. Casi todo fueron fogonazos y con eso no llega en una pista que se les comienza a atragantar. Pierden una oportunidad de oro de colocarse a solo dos puntos del tercer clasificado en una jornada que se puso propicia merced a los tropiezos de Granollers, Torrelavega y sobre todo Cuenca. Solo Bidasoa pescó en río revuelto. 

Para quien vea la botella medio llena lo positivo es que Europa sigue siendo posible por ambas vías —Liga y Copa del Rey—. El pesimista, sin embargo, lamentará caer contra el noveno de la tabla y no recortar puntos con la cabeza. El realista, por su parte, entenderá que hoy por hoy —aunque duela asimilarlo— esta plantilla no da para más. Muchos de los fichajes del curso pasado, que se acogieron a la oportuna enmienda de saberse inexpertos en el país, todavía no han dado muestras de su presumible potencial. Si a la ecuación le sumas la falta de especialistas en defensa y quizá una portería más hermética, se puede llegar a comprender el enésimo batacazo. Sí, hay otros factores y algunos intangibles, pero dos años sin defender a la altura de este club, impide ambicionar grandes objetivos.

Juan Castro es el alma y el motor de este Abanca Ademar. Y lo es porque entiende el balonmano de otra manera, como los gurús que se ven venir las tormentas y sacan el paraguas cuando en el horizonte brilla un fulgurante sol. El capitán se anticipa a las artimañas del rival, se saca ases de la manga continuamente y obliga a sus compañeros a elevar el nivel. Desde la dirección ejerció una vez más de líder en ataque, con lanzamientos imposibles y pases que Deividas —su mejor socio en los últimos tiempos— no desaprovechó. El problema es que con uno solo tirando del carro no llega y el resto —saco de la ecuación a los extremos— resultan intermitentes, lo que evitó que el cuadro leonés se marchase al descanso con ventaja. Ni David, ni Zanas, ni Kim, ni un tocado Tiago, mantienen la regularidad y lo que comenzó con una clarividencia notable en ataque terminó en un atasco generalizado que Cadenas no acertó a desenmarañar. 

Mejoría en defensa

Benidorm no estaba para muchos trotes y a ello contribuyó la buena defensa leonesa por momentos. Latorre, consciente del potencial ofensivo de Ademar, varió su defensa por momentos a un 4-2 que surtió efecto a poco más de diez minutos para el paso por vestuarios. Fue ahí cuando el ataque marista cortocircuitó hasta el 13-13. Pasó factura también el hecho de jugar casi sin pivote natural en la mayoría de minutos. Santista no está al nivel del curso pasado, pero sigue siendo de los pocos que dan un plus al equipo. Sin él la potencia goleadora se resiente en exceso.

Aparecieron los guardametas en la segunda mitad. Tanto Roberto como Saeid salvaron los muebles desde los siete metros equilibrando al máximo el partido. Benidorm se marchó de dos en los primeros minutos, pero Ademar volvía a reengancharse, aunque jugó muy mal sus cartas en las superioridades que tuvo. De nuevo, por enésima vez, el Ademar se iba a jugar el todo o la nada a cara o cruz (20-20, minutos 40).

Los de Latorre defendieron francamente bien y sus continuos cambios de sistema secaron a un Abanca Ademar sin ideas, muy atascado y con apenas destellos de Milos desde el tiro exterior y Casqueiro o Antonio en los extremos. Por cierto, el menor de los hermanos Martíniez no anda fino desde los siete metros desde hace un tiempo. 

La falta de aportación de numerosos jugadores —para hacérselo mirar lo de Zanas, Kim y Tiago—, un arbitraje discutible y la mala defensa habitual de los ademaristas -no tan blanda como otros días, eso es cierto- provocó una nueva derrota que, gracias a los pinchazos de sus rivales directos —cayeron Cuenca, Torrelavega y Granollers— amortigua el golpe y mantiene las opciones europeas a cuatro puntos. 

 

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