Ansu Fati y Riqui Puig, aire fresco para un Barça que transita al ralentí

Estaba atascado el Barça, una vez más esta temporada, ante el Athletic en el Camp Nou en una noche muy extraña, con las gradas vacías y los petardos sonando en los alrededores del estadio al tratarse de la verbena de San Juan.

Messi, revolucionado y jugándose la expulsión por segundo partido consecutivo, víctima de su frustración, no podía él solo con el férreo sistema defensivo planteado por Gaizka Garitano, valiente también en su apuesta por las contras y la presión alta alterna. Griezmann no se iba de nadie, Suárez tropezaba hasta consigo mismo y Arthur no acertaba con ningún pase en profundidad. Setién, que en Sevilla arriesgó poco con los cambios y no pudo mejorar un 0-0 que podría costarle la Liga, aprendió la lección y apostó por el descaro juvenil.

Primero entró Riqui Puig (20 años) por el centrocampista brasileño y comenzó a romper líneas con pases filtrados, más rápidos y precisos que los de sus compañeros, creando superioridades. Y luego llegó Ansu Fati (17 años) por el delantero francés, atreviéndose en el uno contra uno como nadie hacía, creando dudas en la zaga rojiblanca y apareciendo en zonas de remate con fe y peligro. Fue otro Barça que acabó ganando gracias a un gol de Rakitic, otro jugador que podría estar destrozado anímicamente por haber sido protagonista de titulares constantes relacionados con su futuro en cualquier otro club.

El FC Barcelona necesita dinero y es uno de los que han sido invitados a cambiar de aires, como Arthur, que ya juega deprimido al comprobar que su sueño de emular a sus admirados Xavi e Iniesta y de triunfar como ellos se aleja al mismo que tiempo que se acerca a la Juventus. Pero el croata es duro de mentalidad. Lo pasó mal cuando Ernesto Valverde dejó de contar con él, pero poco a poco se ha rehecho psicológicamente y ante el Athletic, reubicándose en el mediocentro tras entrar por Busquets, fue intenso. Tanto que robó un balón al borde del área que él mismo convirtió en el 1-0 tras combinar con algo de fortuna con Messi.

Setién salió reforzado del partido porque todos los cambios que hizo aportaron y mejoraron el rendimiento aprovechando que al Athletic se le acababan las fuerzas. Pero la ilusión que crean los canteranos tras partidos muy planos del equipo le van a obligar a plantearse su servidumbre a los pesos pesados de la plantilla. El sábado, en Vigo, la sanción de Busquets y las bajas por lesión de Sergi Roberto y De Jong le obligarán a alinear un centro del campo de circunstancias con Rakitic, Arthur y Vidal, pero Riqui Puig se ha ganado la opción de ser un candidato real a un puesto. Y en ataque, solo Messi debería ser fijo, porque Ansu Fati crea más peligro que Griezmann, Luis Suárez y Braithwaite.

En este caso, sus 17 años podrían servirle de coartada al técnico por aquello de la protección a un chico en formación, pero deportivamente, ahora mismo, no hay color.