El Astorga sabe sufrir como líder
Un gol de Peláez apuntala el primer puesto de los maragatos frente a un Tordesillas que ofreció resistencia En ocho encuentros los verdes acumulan siete victorias y un empate
El Atlético Astorga sumó un nuevo triunfo frente a un Tordesillas que no se lo puso fácil. FERNANDO OTERO
No hay quien frene al Atlético Astorga. Ni el rival ni la lluvia ni un campo en el que el agua caída le impidió ofrecer su mejor juego. Pero los maragatos están de dulce y frente al Atlético Tordesillas demostraron que su liderato no es fruto de la casualidad. Todo lo contrario. Y eso que en esta ocasión tocó sufrir para sumar los tres puntos en juego (1-0).
Después de siete encuentros saldados con seis victorias y un empate, el Atlético Astorga tenía ante sí una nueva reválida. En esta ocasión frente a un directo rival de la zona noble (cuarto) que pisaba La Eragudina con la vitola de invicto a domicilio.
Un escollo exigente que para los de José Luis Lago se convirtió también en una nueva reválida. Desde el primer minuto de juego cuando ambos equipos, dadas las condiciones del terreno de juego, enfocaron su punto de mira en tantearse.
Poco a poco los maragatos empezaron a controlar el centro del campo y a acercarse a la portería visitante. El primero en intentarlo fue Javi Amor que tras un robo de balón de Diego Peláez habilitando a Lucho y este al delantero (por cierto, no podrá jugar la próxima jornada en Becerril al recibir su quinta tarjeta amarilla) que enviaba el balón fuera.
Fue el primer aviso al que seguiría otro a la media hora de Herrador. Pero tampoco con el acierto necesario para mover el marcador.
El Atlético Tordesillas, por su parte, intentaba aguantar de la mejor manera posible e incluso buscaba alguna contra para sorprender a los locales.
La segunda parte apenas varió el guión. Eso sí, al menos los locales conseguían hacer diana en la meta vallisoletana. Transcurría el minuto 69 cuando en una acción de Diego Peláez este lograba superar a su marcador para enviar un chut preciso al fondo de las mallas del Tordesillas. El premio llegaba. Era justo y ya no varió para apuntalar el liderato astorgano.