Diario de León

El Atlético sobrevive en el caos

El conjunto de Simeone se aprovecha del tropiezo del Real Madrid para seguir en lo más alto de la tabla Es el único equipo que depende de sí mismo

Luis Suárez dispuso de una de las ocasiones de gol más claras del Atlético pero falló. ENRIC FONTCUBERTA

Luis Suárez dispuso de una de las ocasiones de gol más claras del Atlético pero falló. ENRIC FONTCUBERTA

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No ganó el Atlético de Madrid en el Camp Nou y no lo ha hecho nunca en la era Diego Simeone, pero reivindicó y recuperó su figura más expresiva y competitiva sobre todo en el primer tiempo, preparado y organizado para jugar en campo contrario, para presionar a su rival, para apagarlo y atacarlo... sin pegada. Aún así el tropiezo del Madrid le deja líder y como único equipo que depende de sí mismo para ganar la Liga.

Fue un partido reconfortante, al que le faltó esa destreza tan definitiva, porque el Atlético no tuvo la contundencia que sí ha ofrecido en diversos tramos de la temporada, cuando se transformó en un atacante incontestable, personificado en los goles de Luis Suárez o Marcos Llorente, en la efectividad de aprovechar casi al máximo cada ocasión o en la rotundidad con la que superó todos sus apuros en el primer semestre de la temporada. No acertó primero Thomas Lemar, tampoco Ángel Correa después, porque Lenglet se interpuso de forma definitiva; ni Marcos Llorente, al que le faltó precisión en su disparo; ni Luis Suárez, al que se opuso Marc Ter Stegen en un remate casi sin ángulo; ni Yannick Carrasco.

No aprovechó el Atlético el primer tiempo con el que desdibujó a su adversario, un oponente directo por el campeonato. Las estadísticas describen la diferencia sustancial entre uno y otro. Mientras el bloque de Diego Simeone remató nueve veces, seis a portería, ocho dentro del área, su rival lo hizo sólo en tres, que sólo suponen una ocasión: el eslalon de Messi que frustró Oblak.

Todo dentro de un 35 por ciento de posesión del Atlético, tácticamente casi perfecto en el primer tiempo, por ayudas, por coberturas, compacto entre todas sus líneas, por la ocupación de espacios a la que tanta transcendencia le da Simeone, por cómo trazó su presión y, como consecuencia, por cómo apagó al Barcelona. «Vinimos a hacer un partido con decisión, con seguridad, con trabajo colectivo y el partido que imaginamos sucedió. El equipo trabajó bien, no se precipitó para atacar rápido, atacó sosteniendo el juego», dijo Simeone. Los colchoneros dependen de sí mismo para ser campeones.

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