Diario de León

DE VILLAMECA A RIAÑO

Basurco se lanza al agua

El triatleta berciano puso fin el sábado al desafío de cruzar a nado seis embalses de la provincia completando la travesía de Riaño en cuatro horas.

Miguel Martínez Basurco en acción durante la travesía del embalse berciano de Matalavilla.

Miguel Martínez Basurco en acción durante la travesía del embalse berciano de Matalavilla.

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álex estébanez | ponferrada
Ponferrada

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El nombre de Miguel Martínez Basurco está asociado a los grandes retos deportivos, siempre un paso más allá de la competición. En esta ocasión, aprovechando su reciente afición a la natación, el de Villafranca del Bierzo se puso como meta cruzar a nado cinco de los pantanos más emblemáticos de la provincia de León, que al final fueron seis porque Basurco nunca dice que no a una nueva aventura.

«Esto lo asemejo a escalar una montaña. Es más aventura que competición, porque sólo compito contra mí mismo», explicaba Basurco horas después de completar su reto. «Algunos no los conocíamos y fuimos un poco a ver qué había, pero eso también le da emoción».

El desafío comenzó a primeros de julio en el pantano de Villameca, el más corto de los seis con unos 4 kilómetros de recorrido. De ahí pasó a Luna (11 kilómetros) y Bárcena (unos 9). De éste último, dice Basurco que «está un poco guarrete, pero es el más seguro. Es muy abierto y tiene el agua muy tranquila».

Tras conquistar Bárcena, a Miguel le hablaron del embalse de Matalavilla, que «no conocía, pero el entorno es muy bonito y además está en El Bierzo, así que allí nos fuimos. Como es corto (unos 3 kilómetros), hicimos ida y vuelta». Las dos últimas etapas de la aventura de Basurco fueron los embalses de Porma (5,5 kilómetros) y Riaño, el más largo con más de 15 kilómetros.

«Riaño me encantó. Hubo un momento en el que iba nadando por un desfiladero de 300 metros de altura en un agua limpísima y rodeado de montañas. Es el que más me ha gustado con diferencia».

Con este desafío, Basurco se proponía dos cosas. Por un lado, «hacer algo que no había hecho nadie y abrir camino para el que quiera hacerlo», y por otro, «acabar con el mito de que los pantanos son peligrosos. Lo son si te pones a cruzarlo con una colchoneta con tu mujer y tus hijos subidos, pero tomando las precauciones necesarias los pantanos son como pequeños océanos de interior, y como aquí no tenemos mar tenemos que aprovecharlos».

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