Diario de León

La caza menor abre con dudas

Perdiz roja y liebre se presentan como las notas negativas por su escaso número y por lo visto en el primer día de la temporada Conejo y paloma se sitúan en el lado positivo

Carlos Bravo con uno de sus perros en la jornada matinal del inicio de la caza menor. MIGUEL F.B.

Carlos Bravo con uno de sus perros en la jornada matinal del inicio de la caza menor. MIGUEL F.B.

León

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La media veda cerró en su día con un mal sabor de boca por los malos resultados en cierta medida marcados por la falta de una de sus piezas estrella, la codorniz. Apenas un mes después, ya con la caza menor abriendo el paso, su ‘hermana’ la perdiz también parece abocada a marcas unos resultados deficitarios, incluso peor de los esperados hace unas fechas. La sequía, pertinaz hasta los últimos días en los que la lluvia ha hecho acto de presencia, ha supuesto un escenario adverso y condicionante esencial para que las polladas sean bajas. Y de ahí su escaso número en cuanto a presencia.

No va a ser el único punto negro de la campaña que bajará el telón en tres meses. Por lo visto en la primera jornada y las sensaciones de los cazadores el escenario también se presenta, incluso peor, en el caso de la liebre. Ya se atisbaba con al inicio d la temporada de caza con galgo hace unas fechas. Y ayer quedó ratificado en la puesta en escena de una temporada a la que tampoco acompañó el tiempo en su estreno. Agua, frío y viento para acompañar a los más madrugadores a lo largo y ancho de la geografía provincial.

Con la liebre y la perdiz con escasa presencia (en el caso de la primera apenas se otearon ejemplares de la rabona y en la segunda con bandos muy reducidos en cuanto a ejemplares), el panorama mejoró si cabe dentro de ese mal tono que también apunta a cebarse con la becada, con otro de las piezas estrella y que a buen seguro será más protagonista para los cazadores (a falta de pan, como se dice, buenas son tortas y en este caso en el primer apartado podemos situar a la liebre seguida de la perdiz), el conejo.

No es que se para echar las campanas al vuelo ya que la población no presenta los números óptimos pero sí una cifra que puede llevar a los aficionados a decidirse a salir al campo y no esperar a años mejores. Eso sí, hay que tener en cuenta que la presencia del conejo tampoco es regular con variaciones según sea la zona elegida. En algunas con números aceptables y en otras cercanos al aprobado... por los pelos. Y qué decir de las palomas. Pues que su número es el más optimista en cuanto a piezas. Hasta el punto de presentarse bandos con cientos de ellas lo que sin duda alguna viene manteniéndose a lo largo de los últimos años.

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