Diario de León

El Chelsea apea al Madrid de Europa

Chelsea 2 Real Madrid 0 Los blancos, con demasiados futbolistas fundidos y un planteamiento que desnaturalizó al equipo, sucumben en Stamford Bridge con el Chelsea

Luka Modric no puede ocultar su decepción y tristeza tras consumarse la eliminación del Real Madrid de la Liga de Campeones frente al Chelsea londinense. NEIL HALL

Luka Modric no puede ocultar su decepción y tristeza tras consumarse la eliminación del Real Madrid de la Liga de Campeones frente al Chelsea londinense. NEIL HALL

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Por tercera vez en su historia, el Chelsea disputará la final de la Liga de Campeones. Derrotado por el Manchester United en el Luzhniki moscovita en 2008 y campeón frente al Bayern de Múnich en el Allianz Arena cuatro años después, el conjunto de Thomas Tuchel se citó para el 29 de mayo con el Manchester City en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, tras imponerse en la vuelta de semifinales a un Real Madrid fundido y desnaturalizado con un gol de Werner y otro de Mount. Será la octava final de la Champions entre clubes del mismo país y la tercera con íntegro sabor británico, tras la señalada entre los ‘diablos rojos’ y los ‘blues’ y la que midió en 2019 a Liverpool y Tottenham en el Metropolitano.

Sobrepasado por la exuberancia física del Chelsea en Stamford Bridge como ocho días antes había ocurrido en el Alfredo Di Stéfano, un Real Madrid demasiado castigado por la exigencia de una temporada en la que 58 lesiones y 11 bajas por coronavirus han fustigado sin clemencia a su plantilla sucumbió sin capacidad de respuesta al planteamiento de Tuchel, verdadera ‘kryptonita’ de Zidane. Tras seis enfrentamientos, el preparador francés sigue siendo incapaz de domar al teutón que, un año después de llevar al PSG a la final de Lisboa frente al Bayern, volverá a pelear por la ‘orejona’ al mando de un equipo que apenas muestra fisuras desde su llegada. Experimento el Zidane más camaleónico en un duelo sin red con un sistema mixto que acostaba a Vinicius y Mendy como presuntos carrileros escoltando a tres centrales en fase defensiva pero que dejaba paso al clásico 4-3-3 en ataque abriendo a Militao al lateral derecho y liberando a Vinicius como extremo por ese costado, flanco débil del carioca. El invento no hizo sino desconcertar a sus pupilos. Tuchel, por su parte, prescindió de Pulisic y apostó por Havertz, que perdonó un sinfín de oportunidades.

Como en Valdebebas, el Chelsea disfrutó de un carrusel de llegadas venenosas. Un disparo lejano de Rüdiger repelido por Courtois y un tiro lejano de Mount, blocado también por el cancerbero belga con ciertos apuros, avisaron al Real Madrid de los riesgos de un esquema que exigía una vigilancia extrema de Militao, mal asistido por Vinicius. También encendió la luz roja un gol de Werner, bien anulado por fuera de juego del germano.

El plan de los blancos pasaba porque Modric y Kroos se adueñasen del balón y bajasen el ritmo, pero el ‘gegenpressing’ del conjunto de Tuchel provocó continuas pérdidas que facultaron acometidas llenas de vértigo. Así llegó el primer gol del Chelsea. Sirvió Kanté a Havertz, que salvó la salida de Courtois y estrelló su remate contra el travesaño, pero Werner, bien posicionado, remachó a puerta vacía.

Desenchufados Desenchufados Vinicius y Hazard por el gran oficio defensivo de Chilwell y Azpilicueta, el Real Madrid solo fue capaz de generar auténtico peligro por mediación de Benzema. El lionés puso a prueba a Mendy con un derechazo a la media vuelta que perseguía la esquina, pero el arquero francés sacó una manopla soberbia que replicó poco después en respuesta a un frentazo del lionés a quemarropa tras centro de Modric. Los blancos se marcharon al descanso ganando solo en un frente, el de la limpieza ante un Chelsea bastante rudo en sus entradas, que requirieron de mayor castigo por parte del trencilla italiano Daniele Orsato en alguna que otra ocasión.

Pese a que el guion del partido reveló enseguida las grietas del libreto de Zidane, el marsellés no movió ficha al descanso y el choque incursionó en una fase aún más envilecida para los blancos. Havertz volvió a toparse con el larguero en un cabezazo imperial, sin que esta vez merodease por allí Werner para sentenciar. Se salvó nuevamente de la quema el Real Madrid en otro remate de cabeza de Thiago Silva que se marchó alto, en un mano a mano de Mount que el inglés resolvió sin finura y sobre todo en uno de Havertz, que aprovechó el enésimo desajuste de la retaguardia visitante pero definió malamente ante Courtois.

Zidane necesitó una hora para comprender que no había espacio para Vinicius en semejante pleito percutiendo por la derecha y le retiró para dar entrada a Asensio, una opción más cabal para esa banda, a la vez que prescindía de un Mendy sin ritmo para alistar a Valverde, recién salido de la enfermería. A los blancos solo les restaba la fe, porque desfallecían.

Con más corazón que cabeza, el Real Madrid buscó el empate a costa de quedar muy expuesto a las contras del Chelsea y si tuvo un hilo de vida fue por la pésima puntería de los ‘blues’. Werner dejó solo a Kanté con Courtois, pero al mediocentro francés, de nuevo inagotable en su entrega, se le nubló la vista frente al gigante de Bree. Un disparo timorato de Hazard fue toda la amenaza del Madrid que, derrengado, terminó firmando su epitafio con el gol de Mount a pase de Pulisic y dijo adiós al sueño del doblete. El golpe es considerable, pero no hay tiempo para reponerse.

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