Diario de León

Fútbol | Segunda División B

La Cultural fracasa y sigue en Segunda B

La imagen de los dos pesos pesados de la plantilla de la Cultural, Héctor Rodas y Dioni Villalba, vale más que mil palabras ante el segundo gol del Celta B. MARTA BREA

La imagen de los dos pesos pesados de la plantilla de la Cultural, Héctor Rodas y Dioni Villalba, vale más que mil palabras ante el segundo gol del Celta B. MARTA BREA

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Con el objetivo de esta temporada, meterse en play off y después subir a Segunda División, ya imposible, es tiempo para analizar el fracaso de la Cultural y sus principales responsables tras la derrota ante el Celta B en Balaídos (2-1) en la penúltima jornada.

Felipe Llamazares junto al director deportivo que contrató, Ricardo Pozo, son los principales irresponsables de un nuevo fracaso deportivo y también económico de la Cultural. Tres entrenadores en una temporada clave para retornar a Segunda División sin experiencia en Segunda División B. Primero David Cabello. A continuación Íñigo Idiakez. Y finalmente echaron mano del técnico del filial, Ramón González, un preparador al que se debió dar plena confianza mucho antes, porque se ha demostrado que buscaron entrenadores de menor nivel del que ya había en la casa desde hace muchos años. Los dos máximos exponentes en la confección del equipo para esta temporada, tras idéntico fiasco en la pasada, tomaron decisiones que hunden en el pozo de la tercera categoría del fútbol nacional a la Cultural, sin posibilidad a falta de una jornada para el final de la segunda fase de entrar en el play off de ascenso. Felipe Llamazares y Ricardo Pozo organizaron un casting para traer a David Cabello con un perfil de técnico revulsivo que no pudo ejercer y que duró sólo seis jornadas. Un técnico que no había debutado nunca en Segunda División B. No les bastó con este descubrimiento, a modo de experimento gaseoso, que contrataron como segundo entrenador de la pésima temporada que terminará el domingo ante un Zamora con opciones (12.00 horas en el Reino de León) a Íñigo Idiakez. Un preparador de estilo inglés que fue destituido a falta de dos jornadas para el final cuando había que escurrir el bulto y lanzar a los leones a Ramón González. Dijo Llamazares en la presentación del técnico de la casa que no lo había puesto al principio de temporada para «protegerlo de un año tan duro de coronavirus». Pues esa protección tan de padre la pasa por alto para darle la alternativa cuando todo estaba pendiente de un milagro, que definitivamente ya no se producirá.

Dioni y cantera
Dioni no jugará ante el Zamora al ver la quinta amarilla y Marcos y Percan debutaron

Ricardo Pozo sólo ha brillado en palabreo en sala de prensa. Siempre ha prometido y pronunciado buenas palabras y ningún objetivo para lo que fue contratado. Se le ha vuelto a escapar lo que toda la afición esperaba durante este ejercicio: el éxito deportivo de subir a Segunda División.

El equipo leonés seguirá en Segunda División B, aunque mal denominada Segunda B Pro en un principio. La Federación prometía dar 2 millones de euros a los clubes y definitivamente serán 300.000 euros. Será otra Segunda División B con menos equipos y más gastos por desplazamiento. Y de categoría profesional, lo justo. La mayoría de los futbolistas de las plantillas no serán considerados profesionales y no existirá un salario mínimo. Se denominó Segunda B Pro, pero la Federación rectificó a Primera RFEF, después de prometer y definitivamente no dar.

La plantilla ha sido la otra gran responsable de la situación que ahora mismo vive la Cultural y el culturalismo. Al final, los jugadores son siempre los que saltan al terreno de juego y deciden los partidos. En este caso, el plantel culturalista no ha rendido de acuerdo a sus posibilidades.

La plantilla era la mejor de Segunda B, según aseguró este verano el director deportivo de la Cultural, Ricardo Pozo, en un alarde de insuflar confianza en su oratoria, pero la realidad demuestra que su rendimiento ha dejado mucho que desear, comenzando por las vacas sagradas. Y ni un solo leonés con ficha en el primer equipo culturalista. Otro fracaso más. Es el momento de depurar responsabilidades. Aspire decide.

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