Derbi de rachas opuestas en Madrid
El líder de la Liga recibe en pleno trayecto triunfal a su vecino rojiblanco inmerso en una crisis de juego y resultados Zidane prescinde de Bale y Simeone recurre a Correa
Veinte días después de la Supercopa de España en Yeda, resuelta para los blancos en la tanda de penaltis, Real Madrid y Atlético cruzan sus antagónicos estados de ánimo en un Santiago Bernabéu (16.00 horas, Movistar LaLiga) que lleva más de siete años sin dar fe del triunfo local en un derbi liguero ante los rojiblancos. Aquel litigio del 1 de diciembre de 2012 que Mourinho convirtió en plebiscito de la hinchada merengue sobre una gestión discutida y que ganó el portugués con su particular show antes de que su equipo sometiese al cuadro colchonero con goles de Cristiano y Özil en la primera visita como técnico de Simeone al feudo de Chamartín y Courtois en la portería del Atlético abrió una cadena de seis desplazamientos ligueros en los que las tropas del Cholo pescaron a domicilio.
Tres victorias consecutivas a las que siguieron otros tantos empates en las campañas más recientes. Resulta difícil imaginar sin embargo un escenario más propicio para que la escuadra de Zidane quiebre esa dinámica que el actual, con un anfitrión disparado que incluso se atreve a soñar con vengar el humillante 3-7 de pretemporada y un huésped desalentado y asolado por las bajas pero que se aferra el espíritu irreductible de Simeone para volver a la vida.
En constante crecimiento desde que Zidane salvase la cabeza en Estambul para abrir una racha ininterrumpida de 20 partidos sin conocer la derrota, el Real Madrid encara el derbi con la moral por las nubes. Desde que retornase de Arabia Saudí con el primer título del curso en el zurrón, no ha hecho más que ganar. Dos triunfos ante Sevilla y Valladolid que le han convertido en líder en solitario de la Liga aprovechando el cambio de tutor en el Barça y otras tantas victorias en Copa configuran a partir de ese pulso el inmaculado expediente de un conjunto que no sabe lo que es perder desde que mudó de calendario.
Haciendo gala de una sobriedad defensiva que le ha convertido en el bloque menos goleado de las grandes ligas y con un Courtois monumental que no sabe lo que es claudicar ante el que fuera su equipo durante tres campañas, el conjunto de Zidane compite en todas las citas sin atender a su envergadura. La fortaleza de su zaga y la exuberancia de sus centrocampistas le ha servido para paliar la falta de contundencia de una delantera que echa de menos a Hazard y Asensio.
Por parte rojiblanca hasta en la salud de sus pupilos le envidia Simeone, que comparece en cuadro en un derbi en el que el Atlético de Madrid se juega no quemar sus últimas naves ligueras, quinto en la clasificación y con Real Sociedad y Valencia pisándole los talones.