Egocéntrico y elitista
C haqueta de moda, pantalones apretados y un peinado excéntrico, y no es una frase de la canción ‘Sufre mamón’ de hombres G. Es la conjugación de ser, estar y parecer que eligió Rubén de la Barrera desde que llegó a León. El yo por delante del nosotros, resumido hasta la última semana de campeonato liguero, en la que no evitó, más bien se encargó de que se supiera su fichaje por la Real Sociedad. Un líder que no transmite humildad, que se presenta como agnóstico, pero que presume de su fútbol combinativo cuando gana, y que, a su vez, cambia de rumbo cuando ve que los resultados no le van acompañando, en una declaración de intenciones: «Si hoy no te gustan mis principios, tengo otros». Lo más triste, que con un presupuesto y con unos jugadores de Segunda División, este equipo ascendió de Segunda División B a la categoría de plata, y que deja una sensación de abandonarla por capricho, y por soberbia. No importa que el equipo encaje el 64% de los goles en consecuencias derivadas de centros laterales, porque eso a diferencia de la calidad, sí es mejorable. Pero mejor que se destaque que la Cultural pierde balones saliendo desde atrás en corto, porque eso da prestigio entre los elitistas del fútbol. Remitámonos a la definición de este deporte señor De la Barrera: «El fútbol es un deporte colectivo en el que gana el equipo que anota más goles que su rival en la portería contraria».
Los estilos son métodos, todos válidos, pero a su vez todos modificables en base a los recursos que cada equipo necesite para derrotar a un rival. Nadie es mejor que nadie por como juegue, ni por si la saca en corto o en largo. El fútbol es muy amplio y lo único que importa es transmitir, sea con el modelo de juego que sea. Reflexión para todos, basta de dioses paganos en tierra, o de defender al de fuera antes que al de casa. Mostrar una opinión divergente no es pecado, es simplemente una muestra del aprecio que se le tiene al club de tu ciudad, de tu provincia y del miedo a que no se le esté defendiendo como se debe. El señor De la Barrera se irá pero los que nos consideramos leoneses, nos dolerá el daño y el aprovechamiento individual que se ha hecho del equipo, pero el fútbol es cíclico y ojalá vuelva el equipo máximo exponente de fútbol de nuestra tierra,? al fútbol profesional con personas que lo sientan.