Diario de León
Semedo es defendido por dos rivales en un partido en el que el jugador del Abanca Ademar anotaba seis goles que a la postre no sirvieron para lograr el triunfo. EDUARDO SANZ

Semedo es defendido por dos rivales en un partido en el que el jugador del Abanca Ademar anotaba seis goles que a la postre no sirvieron para lograr el triunfo. EDUARDO SANZ

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Anaisanuna tampoco será esta temporada una pista propicia para el Abanca Ademar. El marcador de 35-32 con el que los leoneses salieron de vacío de Navarra así lo indica. Y todo en un encuentro en el que los de Cadenas (el entrenador tuvo que verlo desde la grada al estar sancionado cediendo el testigo a su segundo Luis Puertas) llegaron a tener opciones. Pero como ha pasado a lo largo de esta Liga, estas se esfumaron por errores propios, centrados en la defensa y en los errores en el pase.

Los navarros no tardaron en mostrar la dureza de su seis cero. Con todo eso no impidió que Ademar anotar su primer ataque e incluso que respondiera en defensa de igual manera, pues Santista también sería penalizado con un dos minutos. Un inicio de partido muy movido que los verdiblancos supieron interpretar mejor, pues remontarían el tanto inicial con un parcial de 4-0 y goles desde los siete metros o a puerta vacía de campo a campo. Pero los leoneses no se vinieron abajo y aprovechando un par de errores locales, también con un siete metros lanzado fuera del marco, firmaban un parcial de vuelta de 0-5 para remontar el marcador con rapidez (4-6).

El pulso resultaba reñido, con González y Santista teniéndoselas tiesas. Toda una declaración de intenciones para un equipo leonés dispuesto a cimentar sus opciones a través de la defensa. En ataque el equipo de Cadenas también exhibía recursos con un Semedo certero en la larga distancia, pero los navarros no bajaban el ritmo, corrían a la menor oportunidad generando problemas, lo que les mantenía cerca de su adversario. Se pasó entonces a una fase de pocos goles y primeras intervenciones reseñables de los porteros, un momento de sequía leonesa que al final aprovecharían los navarros para hacer bailar el marcador (9-8 al cuarto de hora tras dos contras locales seguidas).

El Abanca Ademar no tenía fluidez en ataque estático, tampoco era capaz de imponer su ritmo sin goles y ante la velocidad de su rival, también provocada por las pérdidas propias, le costaba llegar a tiempo para poner el candado en defensa (11-9 en el minuto 20 y tiempo muerto de un Luis Puertas). De vuelta a pista la renta local subió al un más tres, pero entonces Moreira se llevó por delante a Jaime Fernández y en superioridad el plantel ademarista por fin puso freno a la sequía. El duelo entró en fase de intercambio de golpes y Virbauskas brilló en esos momentos de descontrol con goles y asistencias de muy bella factura (16-15 y tiempo muerto de Domínguez). Todo estaba muy ajustado en un choque de poco ritmo y nada de continuidad, pero los últimos minutos de los leoneses no fueron nada buenos y los navarros se marcharon a los vestuarios con mayor ventaja de la esperada (18-15).

La segunda se abrió con una buena parada de Bomastar, otro lanzamiento local a la madera del serbio y dos goles en estático de los visitantes. Un reinicio esperanzador para un partido bastante frío. Virbauskas seguía brillando y tras otra parada de Bomastar, Gonzalo Pérez conseguía remontar el resultado al aprovechar un rechace suelto (19-20). Los locales respondieron con dos buenas defensas que provocaron una nueva alternancia, y es que el Ademar seguía sin adquirir el ritmo de crucero de otras tardes.

En el diez el portero local Marcos Cancio entró en pista y aunque no por sus paradas coincidió con un nuevo bajón ademarista que el banquillo tuvo que frenar con un tiempo muerto tras encajar el equipo un parcial de 3-0 en apenas dos minutos (25-22). De nuevo en juego, con Papantonopoulos bajo palos, el Abanca Ademar no conseguía minimizar sus problemas defensivos y además se le anuló un golazo a Pérez Arce por pisar la línea. Demasiada ventaja para un Anaitasuna que aunque con dudas siguió mandando a través de la velocidad (27-23).

Pero de golpe llegaron varias exclusiones, una de ellas al banquillo local, y con un par de paradas de Papantonopoulos el Abanca Ademar conseguía traducir su superioridad numérica en goles (28-28). Los navarros salvaron el mal momento imprimiendo más velocidad a sus ataques y volvieron a castigar duro a un rival que no llegaba a cerrar. Pero ahora los leoneses sí tenían pegada, encontraban la puerta atrás, y el enfrentamiento llegaba al momento decisivo con todo igualado (31-31).

Sin embargo los despistes persistieron hasta el final (34-32) y un último decisivo, curiosamente en ataque con un siete metros de Pérez Arce parado por Bar, le cerró el camino a sumar algo positivo.

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