Diario de León

Estévez ruge entre la niebla y el viento

El corredor del Zirauna da un recital en el alto de Riopinos y celebra la cuarta etapa por delante de Ramírez. Bagües conserva un liderato por el que se eleva la puja en la contrarreloj de La Virgen, ya sin Benito.

Imanol Estévez celebra la victoria en la cuarta etapa de la Vuelta, entre Sahagún y Riopinos.

Imanol Estévez celebra la victoria en la cuarta etapa de la Vuelta, entre Sahagún y Riopinos.

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s. c. anuncibay | león
León

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Frío, viento, niebla... Y varios corredores a los que les ponen los desafíos. La cuarta etapa de la Vuelta a León no defraudó. Y eso que la general sigue intacta, con el donostiarra Haritz Bagües aún enfundado en un maillot por el que hoy, en la contrarreloj de La Virgen, pujarán diez ciclistas a los que les separa tan sólo un minuto y medio.

Nada pudo resolverse en la jornada de ayer, la penúltima, una de las más espectaculares, sobre todo en la llegada, donde el alto de Riopinos puso a prueba la fe de unos corredores a los que les golpeaba el viento de cara cuando se asomaban a la última ascensión. Imanol Estévez dominó las inclemencias del tiempo para alcanzar la cima en primer lugar, después de neutralizar varias escapadas, con el Gipuzkoa, el equipo del líder, trabajando a destajo desde Cistierna para mantener las distancias con los que quieren aguarle la fiesta a Bagües.

Arranz, Gutiérrez, Rey y Vega llegaron con las fuerzas justas al último tramo y la nómina de favoritos, tras alcanzar a los escapados, apareció, agrupada, en la antesala de la estación invernal de San Isidro. Estévez, uno de los mejores escaladores de la Vuelta, con permiso de Adriá Moreno y Santiago Ramírez, tiró de riñones para hacerse con la etapa pero no le iban a dejar el camino expedito. Mikel Bizkarra lo intentó, aunque claudicó al final, cuando el corredor vasco multiplicó los esfuerzos para ganar la carrera con 10 segundos de ventaja sobre su perseguidor, Santiago Ramírez, que como él acusó a la llegada el imponente sacrificio al que les obligó el último sector de una prueba que —ayer— arrancó, sin tregua, desde Sahagún. Ya en Sotillos surgió el primer ataque, protagonizado, precisamente, por Bizkarra, Ramírez y Cañada. El equipo del líder controlaba la escapada desde la distancia, conscientes de que debían mantener la ventaja porque el trazado de la contrarreloj de hoy no beneficia a Bagües y sí a alguno de sus principales rivales. Los intentos de escapada fueron a más a medida que el trazado encontraba a la montaña, pero el Gipuzkoa tiró del carro durante muchos kilómetros para neutralizar cualquier intento de rebelión. Por aquél entonces, Miguel Ángel Benito ya había dicho adiós a la Vuelta, víctima de una dolencia estomacal que precipitó su abandono. Hoy tendrá que ver desde la barrera como se resuelve la ronda. 27 kilómetros por delante para definir al campeón. Puro espectáculo.

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