Diario de León

OPINIÓN Martín LUTO EN EL DEPORTE LEONÉS

Eugenio: la afición de un presidente

Juan Morano (PP) y Antonio Canedo (PSOE) flanquean a Eugenio Álvarez en un viaje

Juan Morano (PP) y Antonio Canedo (PSOE) flanquean a Eugenio Álvarez en un viaje

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León

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Son esas noticias que aunque esperadas, anunciadas, hasta presentidas, ; crees que nunca llegarán a producirse, o por lo menos que se dilataran en el tiempo. Por eso cuando me dijeron, Eugenio ha muerto, la noticia, por rechazarla de antemano el subsconsciente, llegó a la categoría de sorpresa. Pobre recurso del «pobre» humano que trata de formar barreras absurdamente impenetrables en el espacio y en el tiempo. Luego uno, abre de par en par las puertas del recuerdo y por la mente, cual pantalla panorámica, pasan una larga cadena de hechos y vivencias que sencillamente vuelven a hacerte vivir -recordar es volver a vivir- momentos que están, por distantes, en el tunel del tiempo. Recuerdo a Eugenio, el hombre y el primero aficionado y luego dirigente deportivo, como hombre y como apasionado del Deporte. Como hombre su inteligencia le llevó desde ocupaciones humildes hasta triunfar en el complicado ,mundo de los negocios. Empleado-subalterno o peón- de la factoría agrícola que la Caja de Ahorros de León tenía en Santa María del Páramo, pasó a ocupar plaza de cobrador de letras en el Banco Herrero para , impulsado por un golpe de fortuna, activar su privilegiada inteligencia -autentico autodidacta- y llegar a ser empresario triunfante. Pionero en el mundo del transporte del dinero, en una de las primeras empresas del género utilizada por la banca para el traslado de fondos, cimentó los pilares que le llevaron a triunfar en otras facetas diversas entre ellas la construcción. Pero aquí queremos tener el recuerdo de Eugenio aficionado deportivo. el futbol fue su autentica pasión; más concretamente la Cultural y Deportiva Leonesa de la que pudo ser presidente, en uno de los momentos más difíciles del club y paradójicamente derivó en presidir el Consejo de Administración del Baloncesto de León. Eugenio llegó una noche a una Asamblea convocada en una de las aulas del colegio marista San José, donde se trataba de salvar a la Cultural, uno de tantos intentos heroicos de los que se han hecho a los largo de la delicada vida del club. Llevaba buenos avales personales y una idea que ya había sido experimentada positivamente en el Burgos. en realidad esa idea había sido estudiada, hasta el punto de ser todo un proyecto, por los siempre bien recordados hermanos Fernández Rabanal. Incluso tenían el nombre del nuevo Club, Cultural de León, muy similar al de la Cultural, prácticamente el mismo pasando del femenino al masculino en la denominación. Con ello desaparecían trabas económicas y el futbol se reflotaba vigorosamente siguiendo el ejemplo y la trayectoria del Burgos. Los hermanos, lo planificaron pero no quisieron hacerlo anteponiendo el sentimiento a la economía. La Asamblea, ni aprobó ni desaprobó el proyecto. Sencillamente dejó las cosas como estaban y la Cultural siguió por el espinoso, intrincado camino de la penuria. Eugenio salió de allí como frustrado presidente culturalista, pero animado por quien, o quienes, le habían enviado como posible presidente del Cultural de León, se vió metido, sin casi pensarlo, en el mundillo del baloncesto, siendo uno de los principales accionistas de la sociedad anónima deportiva, Baloncesto León, sobre tal base fue elevado a la altura de la presidencia. Vivió buenos tiempos y vió llegar otros no tan buenos. Su pasión seguía siendo el futbol. ¿Quién no le recuerda, entre los aficionados veteranos, como uno de los grandes animadores de la Peña Los Pedrines, que durante muchas temporadas siguió fielmente la estela de la Cultural...? Cuantos slogans teñidos del verde más intenso de la esperanza; porque solo la luz de la esperanza se mantenía encendida por la llama de la afición... Nunca dejó decaer su vena futbolera. Incluso creo que le llevó a tropezar por ella en dura e insalvable piedra puesta en su camino. Quiso y conste que la idea tenía fundamentos de bondad, fundir en uno los clubes de la Cultural y Baloncesto León. Tal vez fue uno de los pocos fracasos por él sufridos; posiblemente el que mas hizo punzante el dolor en su carne. Ver a la Cultural en la anhelada pradera de la Segunda División A y volver a ver al Baloncesto León en la ACB. Ya solo lo verá con ojos intangibles desde el infinito. Ojalá sus dos anhelantes deseos se conviertan esta misma temporada en realidad. El lo festejaría, con singular alegría, en la otra orilla del mar de la eternidad. Estoy seguro de ello. Eugenio, del que, como otros muchos en el recuerdo, uno no sabría definir si fueron leoneses por culturalistas, o culturalistas por leoneses. Lo mismo puedo decir en aplicación al baloncesto. Descansa en paz.

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