Diario de León

Lupicinio Prieto | Presidente en funciones de la Federación de Lucha Leonesa en 2017-2018

«Fui el tonto útil de Balbuena, Che Escanciano y Vicente Martín»

León

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Lupicinio Prieto, presidente en funciones de la Federación Territorial de Lucha a partir de 2017, cuando su dirigente Juan Carlos Balbuena se fue de León y del país, hasta que comenzó en julio de 2018 el mandato de la actual junta directiva presidida por Ángel Rivero. «Cuando Balbuena se marchó a la República Dominicana me dejó como presidente en funciones», reconoce. «Había un galimatías total. Nadie puede imaginar lo que había allí. Se cambiaba el dinero de un lado para otro. Me metí en un berenjenal. No pude hacer más de lo que hice. Todo por el amor que le tengo a la lucha leonesa. ¿Dónde está ese dinero? Hay que preguntárselo a Balbuena y a su directiva. Cuando yo entré las cuentas de la Federación de Lucha estaban en números rojos», afirma.

—¿Por qué aceptó ser presidente en funciones de la Federación de Lucha?

—Por el amor que le tengo de siempre a la lucha leonesa. Para mí la lucha leonesa es algo muy importante para esta tierra. Es más que un deporte para mí. Es un arraigo con el que he crecido durante toda mi vida.

—¿Cómo estaba la caja cuando entró en la Federación?

—Cuando yo entré para suplir a Juan Carlos Balbuena en caja no había ni un euro. Estaba en números rojos.

—¿Qué sucedía con el dinero ingresado por los ayuntamientos de los pueblos y de las juntas vecinales para pagar el servicio médico y de ambulancias?

—El dinero que pagaban los pueblos era para eso, pero entre pitos y flautas se marchó para otros lados. Igual que se gastó el dinero recaudado de las fichas de los luchadores. También existe una deuda por ese concepto de fichas con la Federación Española. Se adeuda un pastizal por las licencias. Se pagaron cosas con ese dinero y después no vi cantidad alguna procedente de ningún otro sitio para reponerlo.

—Entonces, ¿a qué se dedicaba el dinero que ingresaba la Federación?

—Durante el tiempo que yo estuve se cobró una subvención de la Diputación y se pagó hasta donde se pudo, en cartelería, autobuses. Luego llegó el dinero de la Junta de Castilla y León y ese dinero se gastó en el Campeonato de España de lucha libre. No pude pagar más porque la caja estaba vacía.

—¿Por qué el dinero procedente de los ayuntamientos de los pueblos y de las juntas vecinales no se destinó para pagar el servicio de ambulancias como se indicaba en las transferencias bancarias?

—Yo advertí al resto de la junta directiva que conformaba con el secretario y tesorero, Che Escanciano, y con el responsable de los servicios médicos, Vicente Martín, que cada partida era para lo que era. Era la pelea que yo tenía con ellos. Ellos me decían que no había ningún problema. Si yo hubiera sabido que la situación estaba así jamás habría entrado como presidente en funciones de la Federación de Lucha. Yo me preguntaba: qué traspaso le voy doy a Ángel Rivero si no puedo presentarle nada, porque no tengo nada. No había ni un papel, ni una nada. Un desastre.

—¿La deuda de dinero de fichas con la Federación Española finalmente no se pagó durante su gobierno en compañía con Che Escanciano y Vicente Martín?

—Durante nuestro mandato no se pagó esa deuda a la Federación Española. Sé que el actual presidente de la Lucha Leonesa, Ángel Rivero, ha llegado a un acuerdo con la Española y ya se está pagando la deuda progresivamente. Las dos deudas gordas que me encontré cuando entré para acompañar a Che Escanciando y a Vicente Martín, que formaban parte de la directiva que presidía Juan Carlos Balbuena, eran el dinero de las fichas que ya habían abonado los luchadores, pero desconozco a dónde fue a parar, y el de las ambulancias, que también habían abonado los pueblos y las juntas vecinales.

—¿Dónde fue a parar ese dinero?

—No sé si se lo quedaban, si se lo gastaban en otras cosas... Eso no lo sé, no te puedo decir. Me acompañaban en la directiva el secretario y que llevaba toda la cuestión monetaria, Che Escanciano (el anterior presidente a Balbuena), y Vicente Martín, que era el responsable de los servicios médicos, que con lo estricto que supuestamente es, yo me llevé la sorpresa de que no pagara el servicio de ambulancias, cuando era un contrato que había hecho él. Lo que si sé, y seguro que me voy a meter en un ‘fregao’, es que Vicente Martín y todos los médicos cobraban todo, pero no pagaba a las ambulancias.

—¿Las cuentas de la Federación llegaron a tener alguna cantidad de dinero bajo su mandato?

—Lo que tengo muy claro es que yo no vi ni un euro en la cuenta. Así se lo he transmitido a la siguiente junta directiva que preside Ángel Rivero. Yo les he dicho lo que sabía, pero yo cuando llegué no conocía lo que se había hecho antes.

—¿Qué lectura y qué moraleja le queda de todo esto?

—La directiva con Juan Carlos Balbuena de presidente trabajó muy mal. Hubo un desbarajuste total. No lo he pasado mal, lo he pasado peor. Entré a ayudar y a echar una mano, pero nunca pensé que estaba tan mal. Me sentí utilizado por todos los que estaban en la junta directiva. Fui el tonto útil de Balbuena, Che Escanciano y Vicente Martín.

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