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Jaime Fernández: «Me he sentido muy querido en León, el sábado se me escapará una lágrima»

Jaime Fernández vive, sin duda, su semana más emocional desde que viste la camiseta del Abanca Ademar. Este sábado se la enfundará por última vez —al menos por el momento— frente al Barcelona en el Palacio y ante la afición leonesa. Después habrá tiempo para el aplauso, los homenajes y quizá para que alguna lágrima de más haga acto de presencia en la foto final. Se marcha al HSG Nordhorn-Lingen alemán a vivir otras vidas...

Jaime Fernández disputará su último partido con el Ademar este sábado ante el Barça. MARCIANO PÉREZ

Jaime Fernández disputará su último partido con el Ademar este sábado ante el Barça. MARCIANO PÉREZ

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—Siempre has dicho que tarde o temprano te gustaría salir del Ademar en busca de una aventura europea de mayor calado deportivo, pero ¿qué sientes a pocos días de jugar tu último partido en el club leonés?

—Se trata de una semana especial porque como dices es la última con el equipo... de momento. Aún estoy asimilando que el partido con el Barcelona será emocionante.

—¿Tienes algo pensado para tu despedida?

—No he pensado en nada, pero seguro que se me escapa una lágrima.

—¿Qué último mensaje le lanzas a la afición ademarista?

—Darle las gracias por todo. Me he sentido muy querido por ellos siempre tanto en los partidos como por la calle. Espero que sea un hasta pronto y volver al Ademar en el futuro.

—¿Cómo imaginas tu aterrizaje en Alemania?

—Como decías siempre he manifestado que quería jugar fuera de España alguna vez y formarme en otra Liga. Además si es en Alemania todavía mejor no solo por el nivel competitivo sino también porque quiero conocer el idioma de cara a mi futuro profesional.

—¿Qué crees que vas a mejorar como jugador allí?

—Es un balonmano mucho más rápido y físico con un gran nivel tanto en la primera como en la segunda división. Las nuevas rutinas seguro que me van a hacer crecer mucho, pero sobre todo lo que quiero es seguir disfrutando del balonmano.

—¿Te queda un sabor agridulce por cómo ha transcurrido la temporada con el Ademar?

—Hay un buen grupo, pero no debemos poner excusas. Ha sido una temporada regular, esa es la verdad.

—¿Dónde localizas tú el problema principal que os llevó incluso a coquetear con los puestos de descenso?

—La primera vuelta nos hizo mucho daño. Solo sumamos diez puntos. Después de un buen comienzo entramos en barrena con resultados negativos y luego en la segunda lo hemos hecho mucho mejor.

—En ataque solo el Barcelona lleva más a goles a favor que vosotros, pero la defensa ha sido un lastre casi todo el año...

—Cierto, pero hay que saber también que esta temporada hemos jugado más rápido que otros años, con mayor número de ataques y eso al final influye en que llevemos más goles a favor. No estuvimos bien en defensa. Ha influido en gran medida el que no nos conocíamos tanto, porque para defender es esencial saber lo que harán tus compañeros. En ataque se nota menos ese aspecto porque todo el mundo se sabe las jugadas.

—¿También el idioma ha podido ser un hándicap?

—Sí, sin duda, es otro de los factores que explican el bajón defensivo. De todas maneras insisto en que hay un buen grupo para el año que viene.

—Como capitán del Ademar me consta que has tenido que dar un golpe encima de la mesa en más de una ocasión para buscar una reacción del equipo en los peores momentos.

—Hubo varias reuniones sí, no solo entre los jugadores sino también con el cuerpo técnico y con la directiva, que por cierto siempre nos mostró su apoyo en los momentos más difíciles. No se podía estar luchando por evitar el descenso.

—El partido contra el Atlético Valladolid fue un golpe definitivo para las aspiraciones europeas cuando mejor estaba el equipo.

—Bueno, creo que todas las derrotas han influido y no solo la de Valladolid, que ese día jugó un partido espectacular.

—¿Qué te llevas de la experiencia de haber tenido a Manolo Cadenas como entrenador?

—Te exige el cien por cien en cada acción y te exprime hasta la última gota. Si eres capaz de aguantar esa exigencia te hace crecer no solo como jugador sino como persona. Eso me llevo.

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