Diario de León

Balonmano | Mundial de Egipto

Los Hispanos evitan al coco

Los de Jordi Ribera arrollan a los húngaros y pasan como líderes a cuartos de final, donde ya espera Noruega

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P. Rioja / L. M.
León

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Casi imparables. Así se mostraron los Hispanos en su partido ante Hungría (36-28), un duelo considerado como la primera gran final de este campeonato del mundo para la selección española porque estaba en juego el evitar a Francia en cuartos. Los de Jordi Ribera salieron enchufados a la pista desde el primer minuto, abriendo una brecha en el marcador (+5) que a la postre se convirtió en toda una losa para su rival. Dominaron tanto el tiro exterior como las contras y, más que nunca, la conexión con el pivote, donde el ademarista Rubén Marchán estuvo especialmente inspirado.

El ‘52’ se ha convertido en un fijo en el esquema inicial de Ribera y parece que lleva toda la vida vistiendo la elástica española. Suyos fueron algunos de los goles más importantes del encuentro (3), sobre todo para noquear a una defensa que era incapaz de interceptar los pases de Entrerríos, Maqueda o Sarmiento al del Ademar. Pero lo cierto es que todo el bloque español rindió a gran altura, tanto en ataque como en defensa. Pérez de Vargas desquició a Hungría con paradas que le sirvieron para llevarse el MVP del partido. Nadie desentona en una selección que va claramente a más y cuyo punto de inflexión se produjo tras la difícil victoria frente a la selección alemana.

Nadie podía esperar un partido descafeinado entre los dos mejores equipos del grupo I, y sin embargo una de esas decisiones incomprensibles de banquillo lo propició, convirtiendo la resistencia húngara en una broma. Hungría, un balonmano en pleno proceso de renovación -ahora en manos del técnico palentino Chema Rodríguez- que lleva un par de años preparando el Campeonato de Europa que organizará en 2022, se atrevió a entregar la primera plaza de grupo a cambio de armarse antes del cruce de cuartos ante Francia. No tembló el pulso a la hora de defender esa metamorfosis que la situó en novena posición en el último Europeo y ahora la coloca entre los ocho mejores del mundo.

Y es que Hungría sorprendió a propios y extraños al decidir dar descanso a tres de sus jugadores con mayor peso en su juego, uno por puesto. No se vistió el central Mate Lekai, el auténtico faro de los magiares, y tampoco el pivote Bence Banhidi y el portero Mikler, por números el mejor del campeonato hasta la fecha. Cuestión de estrategia. Jordi Ribera quemó esa bala en el plácido partido ante Uruguay. Ahora espera Noruega.

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