Diario de León

Fútbol | Eurocopa

La hora de la verdad para España

La goleada ha aliviado a La Roja, pero su verdadero potencial solo se comprobará a partir de ahora cuando se cruce con grandes rivales El próximo reto, la subcampeona del mundo Croacia en los octavos de final

Laporte se ha consolidado en el centro de la defensa de España con tres partidos disputados. DAVID RAMOS

Laporte se ha consolidado en el centro de la defensa de España con tres partidos disputados. DAVID RAMOS

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España encontró ante Eslovaquia esa victoria liberadora y analgésica que, según Luis Enrique, había que celebrar descorchando una botella de cava. Lo cierto es que a la selección todo le salió a pedir de boca, empezando por la penosa actuación de Eslovaquia, incomprensible en un equipo que tenía serias opciones de clasificarse para octavos tras su victoria ante Polonia. Es difícil recordar en un gran torneo un rival tan flojo y obsequioso. No contento con no disparar una sola vez entre los tres palos que defendía Unai Simón y de no forzar ni siquiera un miserable córner, aunque fuese de casualidad, la tropa de Stefan Tarkovic se hizo también el harakiri regalando dos goles, el primero de auténtica chirigota. De ahí que el cava o el champán se antojen exagerados para el brindis. La realidad, como reconoció Luis Enrique tras el 0-5, es que «ahora llega la competición real».

Concretamente el lunes ante Croacia, la subcampeona del mundo vigente, una selección todavía muy competitiva aunque lejos del punto de esplendor que alcanzó en 2018. Será entonces cuando se termine el debate sobre España, cuando se despejen por fin los interrogantes que siguen flotando sobre un equipo en apariencia no solo capaz de lo mejor y de lo peor, sino de que ambas cosas parezcan igual de razonables. En este sentido, se impone una matización. Lo que hay que descorchar no son buenos vinos espumosos. Es La Roja la que tiene que descorcharse a sí misma para comprobar lo que es realmente a día de hoy.

Rectificar es de sabios

La entrada de Busquets, Azpilicueta, Eric García y Sarabia dio un aire más consistente a España

Esta duda se despejará dentro de tres días. Las previsiones, desde luego, son ahora más optimistas de lo que lo eran el miércoles por la mañana. España necesitaba esa victoria rotunda. Y no solo para clasificarse y evitar un fracaso mayúsculo. También la necesitaba para poner fin a una racha muy gris que se remonta a los decepcionantes partidos disputados en marzo ante Grecia, Georgia y Kosovo.

Morata, ‘titularísimo’

A pesar de su falta de acierto Luis Enrique sigue apostando por Álvaro como el ‘9’ titular

El fútbol plano, tedioso y sin filo que se vio en esos encuentros sembró el recelo no solo entre los aficionados, también entre los propios internacionales de La Roja. Ninguno lo reconoció, por supuesto. Al contrario. Si algo les distingue de unos años a esta parte es la convicción fervorosa que muestran en su estilo. Pero en el fondo todos sabían que tenían un serio problema de poderío en las dos áreas y que tendrían que solucionarlo en la Eurocopa.

De manera que el examen definitivo tendrá lugar en el estadio Parken de Copenhague.De cara a esa cita, España cuenta con una ventaja: Busquets está de vuelta. Se trata de una excelente noticia. El impacto del centrocampista de Badia ha sido muy grande en La Roja desde el Mundial de Sudáfrica. Aunque los focos apuntasen siempre más a otras figuras, su fútbol era capital en el engranaje. Esto sigue siendo igual once años después, pero ahora con un añadido. Convertido en capitán, Busquets ha ganado en jerarquía de una manera evidente. El efecto contagio que producen los futbolistas inmensos como él se visualizó con claridad ante Eslovaquia.

Los cambios le funcionaron también a Luis Enrique en el tercer partido. Descontando a Eric García, que apenas tuvo que intervenir ya que los eslovacos no se acercaron al área española, los otros tres fueron protagonistas. Lo de Busquets ya está dicho, pero no hay que olvidar la actuación de Azpilicueta, un seguro de vida en defensa, o la gran actuación de Sarabia, autor de un gol y protagonista en otros dos. Hay que dar por descontado que los tres seguirán en el once titular, donde la gran fuente de discordia y debate va a continuar siendo Morata. Luis Enrique parece empeñado en seguir con él hasta el infinito. Como el gol es siempre algo tan voluble puede que le salga bien, pero en principio se antoja una apuesta de alto riesgo.

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