Diario de León

La ineficacia en las áreas condena a la Cultural

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PABLO RIOJA | LEÓN

La Cultural aún no conoce la victoria en Liga. Después de dos empates consecutivos en sus dos primeros duelos —ante Amorebieta y Real Unión— el conjunto leonés confía en romper la mala dinámica este domingo frente al filial del Athletic de Bilbao, próximo rival en visitar el Reino de León. La ineficacia en ambas áreas, uno de los caballos de batalla que persigue a José Manuel Aira desde que se hiciera cargo del banquillo en diciembre de 2018, está lastrando la buena imagen mostrada por el equipo en pretemporada, donde incluso llegaron a golear al Real Madrid Castilla. El técnico berciano viene repitiendo el discurso desde el principio: «debemos ser contundentes en ambas áreas» dice, pero lo cierto es que hasta la fecha repiten los mismos errores del curso pasado.

Tanto en el debut liguero como el pasado fin de semana en Irún, los culturalistas comenzaron perdiendo el encuentro debido a sendos errores defensivos cometidos en la primera mitad que dieron alas a los vascos. Luego, lanzados en ataque, lograron rescatar un punto que sabe a poco dadas las ocasiones generadas. Un mal endémico que acompaña al de Ponferrada. Lo hizo la anterior temporada —sobre todo cuando jugaban a domicilio— y por ahora sigue con la misma dinámica. Cierto es que la competición no ha hecho más que comenzar —aún hay tiempo para revertir la situación— pero el duelo ante el Athletic B se antoja ya como un primer examen serio donde alejar los ‘fantasmas’ que asolan a una plantilla renovada casi en su totalidad.

Y es que a diferencia de la 2018-19, donde José Manuel Aira se encontró un equipo hecho a imagen y semejanza de su predecesor en el cargo, Víctor Cea, —lo pudo remendar en parte durante el mercado invernal— en esta ocasión los fichajes se han hecho bajo su supervisión. Lo mismo que las salidas. E incluso las llegadas que finalmente se han convertido en cesiones de última hora como Soler y López. La reconstrucción de esta nueva Cultural comenzó por la portería y se ha centrado de forma especial en reforzar la defensa y el ataque. Dos talones de Aquiles que debilitan al equipo, conformado para buscar los puestos de ascenso a Segunda pero esta vez con jugadores de Segunda B ávidos de «hambre e ilusión».

De momento, la ‘parroquia’ blanca aguarda con paciencia el despegue definitivo de los suyos. La ilusión ha vuelto a instalarse en un Reino que supera los 6.000 socios, pero en el ambiente sobrevuela cierta ansiedad —la misma que se extiende en el vestuario— por ver la maquinaria engrasada cuanto antes. No es un problema de compromiso —como sí pudo darse hace unos meses— sino más bien de definición.

Los de Aira generaron múltiples ocasiones para ganar en ambos partidos, pero falta acierto. Lo mismo que sucede atrás. El problema está localizado y las soluciones, en camino.

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