Diario de León

EL ARTE DE LA SUPERVIVENCIA

El krav magá echa raíces en León

De origen israelí, el krav magá fusiona buena parte de las artes marciales clásicas para ofrecer la mejor defensa en situaciones críticas. En León, Antonio Presa ha abierto la primera escuela en Trobajo del Camino. Ya tiene casi cien alumnos..

Antonio Presa enseña una de las técnicas ante un agresor armado con una pistola. MARCIANO

Antonio Presa enseña una de las técnicas ante un agresor armado con una pistola. MARCIANO

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georgino fernández | león

«Krav... qué?» El fotógrafo también puso cara de no saber de qué le estaba hablando cuando le pedí las fotos para el reportaje. Tampoco es extraño. El krav magá, la disciplina de autodefensa de origen israelí que significa contacto a cuerpo a cuerpo, sigue siendo bastante desconocida aunque año tras año gana adeptos y tiene sin duda capacidades y atractivos más que suficientes para atraer a mucha gente.

Aquí funciona desde hace poco tiempo la primera escuela, se llama Krav Magá León y está abierta en Trobajo del Camino, en la calle Emperador, en una antigua nave perfectamente acondicionada. La dirige Antonio Presa, un especialista en artes marciales que hace diez años se prendó de este sistema de lucha ‘inventado’ por los judíos a finales de los años cuarenta para entrenar a su ejército en la clandestinidad, la fuerza conocida como la Haganá.

Le gusta más el termino escuela que el de gimnasio. «Mi idea con este centro está más enfocada a una escuela que a un gimnasio propiamente dicho por lo que implica una escuela: un proceso de formación serio con un programa formativo también riguroso».

No es nuevo en esto. Vinculado de siempre a las artes marciales, lleva practicando intensamente diez años el krav magá. «Tomé contacto con instructores de Israel en Madrid donde aprendí durante años. He tenido la suerte de entrenar con los mejores como Pedro Costa o Roy Elghanayan, Steve Sohns, gente de muy alto nivel. Pero sigo aprendiendo y formándome», asegura.

La idea de abrir una escuela en León le rondaba la cabeza hace tiempo. Y dio el paso teniendo muy claro lo que quería. «Una escuela propia para dar una formación de calidad, enseñando sin limitaciones de horario y de espacio y con un buen método». Alquiló una nave en Trobajo y la acondicionó con mucho estilo creando un centro con una estética moderna atractiva.

Y no le va mal. Contando a los niños (a los que se enseña de una forma diferente) tiene casi a un centenar de alumnos con edades que van de los cinco años a los 54. Seis de ellos son mujeres.

A todos les ha seducido el krav magá. «Propiamente no es un arte marcial, es un sistema de defensa personal y combate que se basa en nuestras reacciones instintivas de manera que no tengas nunca que pensar en técnicas. Cuando uno está sometido a estrés, a miedo o a dolor es muy difícil hacer técnicas o porque puedes enfrentarte a un agresor mucho más fuerte.. Entonces tienes que adaptarte inmediatamente a lo que ocurre. En el krav maga no hay reglas, sí que trabajas una serie de técnicas para luego aplicarlas, pero de lo que se trata es de que tú te defiendas de una manera instintiva, eficaz y explosiva», resume Antonio.

Parece difícil que el instinto, algo innato, se puede trabajar. Pero en el krav magá es así. «Claro —dice convencido— por eso no vale solo preparase en el gimnasio hay que trabajar también la cabeza para responder a una agresión. A veces el miedo paraliza. Alguien te saca una navaja o un arma y te puede paralizar aunque sepas artes marciales. Ante eso no vale solo dar patadas o puñetazos en el gimnasio; hay que estar preparado psicológicamente. Por eso aquí intentamos entrenar en situaciones lo más reales posibles. Sometemos al alumno a situaciones de cansancio, de estrés, de miedo y entrenamos también en la calle en situaciones y escenarios reales».

Y no hace falta estar especialmente fuerte ni tener una forma física envidiable. «Eso sería absurdo. Cualquier persona, tanto hombre como mujer, lo puede practicar y puede hacer lo suficiente para defenderse y escapar. El krav maga está pensado para llegar a todo el mundo, cualquier persona puede practicarlo y llegar a un nivel importante. Evidentemente hay gente que por edad o por estado de forma hay ejercicios que no pueden hacer pero eso no significa que no puedan coger conceptos básicos para aprender a defenderse».

La defensa es un argumento y la condición física puede ser otro. También sirve para estar en forma. «Mejoramos la condición física de cualquiera que venga. Partimos de la base de la condición que el alumno trae y poco a poco con los ejercicios van mejorando. La limitación solo es en la condición física no en la forma de defenderse».

Es un sistema que fusiona las disciplinas de contacto tradicionales: el kárate, el kick boxing, muay thai, boxeo, judo.. ¿por qué? «Porque hay que saber defenderse en situaciones de agarre, de pie, en el suelo... entonces lo difícil con el tiempo es que tenemos que conocer todas las defensas en todas las situaciones posibles. No podemos tener puntos flacos»,

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